domingo, mayo 13, 2018

Más escudos para niños (esto va empezando a ser una costumbre)

Antes de nada, debo confesaros algo que seguramente no sospechabais: soy un poquito friki. Y tengo algunos amigos que también son un poquito frikis. De los que nos encerrábamos los fines de semana en un sótano (lo llamábamos "El local") durante la adolescencia para jugar a rol en lugar de ir por ahí a sociabilizar, ligar, y dejar que nos diera un poco el sol.

Pues uno de esos amigos un poquito frikis se llama Justo. Aquí le tenéis, en una foto familiar con su mujer, que no comparte para nada su lado friki.

Ese hacha es de verdad, por cierto. No es foam de cosplay. Hierro. Mucho hierro. Se la regalamos hace mil años, debe pesar como unos treinta kilos. Un poquito frikis ¿recuerdas?

El hijo de esta pareja, no entiendo muy bien por qué, está desarrollando una precoz afición por las espadas y demás parafernalia medieval / de fantasía / de ciencia ficción / de superhéroes / de piratas... Así que yo no cabía en mí de sorpresa cuando Justo me mandó un mensaje que venía a decir:

- Oye, Axil, que mi hijo no para de pedirme un escudo cada vez que vamos a un mercadillo medieval; y he pensado que a lo mejor podrías hacerle uno ¿no?

¡Cómo podía negarme! Tampoco será el primer escudo pequeñajo que haga. Así que, como ya he publicado el método de hacer escudos como media docena de veces, me voy a limitar a dejaros un extracto del "así se hizo" que mantuvimos en Whatsapp (y me ahorro el trabajo de escribir la entrada, ya de paso)

Observad, en todo su esplendor, los momentos más señalados de una conversación privada en un grupo de Whatsapp de cuarentones:



  


  

Os ahorraré la ya tan manida historia del entelado. Resumen: cinco capas de loneta encolada por delante y una por detrás. Sí, lo que viene siendo un escudo de verdad. De los que no son fáciles de romper.


Sí, esta es la viñeta que envié. Sir PTerry, claro.




*Tragables. Ahí debería decir "tragables", no "tratables". ¡Pato autocorrector!







Y, una vez terminado, llega el momento de la entrega. Así que su padre le dio el escudo al niño y...

No, no, espera. Esto no puede acabar así. Amigos un poco frikis, ya os lo dije. Y, de una forma algo enfermiza, llevamos con esta curiosa tradición de regalarnos entre nosotros armas más-o-menos-históricas/más-o-menos-de-fantasía en los eventos señalados desde mitad de los '90. Así que ¿por qué darle un escudo capaz de soportar la carga de un adulto enlorigado sin inmutarse juguete a un niño, cuando puedes convertirlo en un rito iniciático ultrafriki, y así tener la excusa de juntarnos todos, y encima llevando nuestros propios juguetes?

...aunque podamos darle vergüenza ajena hasta a un niño de cinco años

Me pregunto qué quedará grabado en la memoria del infante, y cómo recordará el día dentro de unos años. Y no es lo único que me pregunto. También me pregunto cómo es que Pepe ha dejado que se oxide tan exageradamente el gigantesco mandoble que le regalamos por su boda. ¡WD-40, estropajo verde, y aceite de codo, cohone!

Y hoy, en el cole: "Cuéntanos algo de tu padre y sus amigos".
Algún psicólogo va a tener problemas para interpretar esto.

- Oye cariño

- ¿Sí, princesa?

- Ese escudo que le habéis regalado tú y tus amigos al niño...

- ¿Sí?

- Es perfectamente seguro, no se va a hacer daño con él, y no va a destrozar nada a escudazos ¿no?

- ¡Pooor supuesto, mi amor!




8 comentarios:

Truvor dijo...

Solo espero que no os viera ningún vecino subir con el armamento. Las explicaciones en la próxima junta pueden ser muy embarazosas.

Truvor dijo...

"Y hoy, en el cole: "Cuéntanos algo de tu padre y sus amigos".
Algún psicólogo va a tener problemas para interpretar esto."
XDDDDDDDD!!!!

Unknown dijo...

Me descojono con vuestras historias y me mola de que sigáis tan frikis como siempre 😂

Axil dijo...

Justo, subimos con espadas a la vista y con una nevera que era claramente para los miembros amputados. En la junta de vecinos, te mirarán de reojo mientras guardan una respetuosa distancia. Por si acaso.

Iciar, si no te pasas por donde estamos y nos miras intentando hacer como si no fuéramos muy raros, no es lo mismo.

Rubén dijo...

Fántastico! Hay que atraer a más niños al lado chachi de las espadas XDDDDD jajajaja (si, el lado bueno es por donde se cojen, el otro pincha!! jajajajaja)

Ismael dijo...

Yo soy de los que recuerdan lo del el hacha-tapa de alcantarilla hace muchos años, y tenia en ese entonces la inocencia para creer que era de lo mas genial del mundo.... creo que sigo más o menos igual, solo se me olvidó.

¡Saludos!

dani dijo...

Gran entrada. Solo ha faltado una foto con el niño y el escudo.

Nickolas dijo...

Me encanta leerte. Sos muy didáctico. Una gran historia. Un saludo grande.