jueves, mayo 28, 2009

Primeros pasos con la soldadura (fabricando herramientas para elevar chapa)

Los que se hayan fijado con cuidado en la entrada sobre Ciutadilla, habrán visto una estaca nueva, empleada como base para desfogarme a martillazos para elevar una plancha (De verdad que sigo sin encontrar una traducción más adecuada de “raising”. Admito sugerencias) Esta estaca se compone de dos piezas soldadas, y por primera vez esta soldadura no se la gorroneé a mi amigo Truvor, sino que la realicé yo mismo, con mi flamante equipo de soldadura de arco.


Contra todo pronóstico, la estaca resistió los martillazos (y fueron unos buenos martillazos) Uniendo esto al éxito (parcial) de los soportes para cuernos que soldamos hace un tiempo, creo que ha llegado el momento de contar algo sobre la soldadura.

Y lo primero que quiero contar es que no sé soldar. Aparte de algún que otro experimento, más bien fracasado, he soldado dos veces. Así que no esperéis un alarde de detalles, ni que os pueda responder a esa duda que tenéis sobre esa técnica especializada que no os supieron explicar en aquel curso de soldadura avanzada. Conformaos con mis experiencias de novato, y estad atentos a los comentarios, donde seguro que más de uno que sepa más que yo corrige, matiza y amplía. Eso espero, porque si no, nadie va a sacar nada en claro de esta entrada. Y, por supuesto, hay un montón de información interesante en internet.

Lo primero que tienes que saber es qué tipo de soldadura vas a emplear. Hay de innumerables clases, muchas de ellas indistinguibles para el profano. Evidentemente, para trabajos un poco sólidos, puedes olvidarte de los soldadores de lápiz y el rollo de estaño. Esos cacharros se utilizan para algo muy concreto: churruscar componentes electrónicos antes de usarlos, para luego poder volverte loco investigando qué ha fallado.

Te hace falta algo bastante más potente, necesitas algo capaz de fundir el hierro. Y un primer dilema va a ser: ¿oxiacetilénica, o eléctrica?

-¿Oxiloqué?

Oxiacetilénica. Se mezcla un gas combustible (por ejemplo acetileno, que le da su nombre) y oxígeno para conseguir una llama realmente caliente. La típica que usaba siempre M.A. en el “El equipo A”. Aunque también estoy tonteando con ella, por ahora no voy a hablar de este tema, porque con esa sí que estoy perdido.

La otra alternativa es uno de los muchos tipos de soldadura eléctrica del mercado, donde el calor necesario lo genera un arco voltaico. De ésta es de la que vamos a hablar.


Hay muchos tipos de soldadura eléctrica: inverter, de electrodo, de hilo, MIG, TIG… Yo me incliné por la de electrodo normal y corriente.

-¿Y por qué, oiga?

Por una razón de peso: es, posiblemente, la más económica. Y antes de comprarme un equipo carísimo cuyas maravillosas prestaciones no voy a saber aprovechar, casi prefiero empezar con algo más normalito.

Estos cacharros consisten en una caja grandota que es, básicamente, un transformador puesto de esteroides. Del transformador salen unos cables con una pinza para enganchar a lo que vayas a soldar (o al soporte metálico donde lo dejas, que es lo más normal) y un cacharrín para enganchar el electrodo.


El principio básico es sencillo.

Primero, colocas juntitas las piezas que quieres unir sobre una mesa metálica, a la que conectas la pinza.

Cuando enciendes el cacharro, entre la pinza y el electrodo se crea una diferencia de potencial de lo que técnicamente se denomina una burrá de voltios. Cuando acercas el electrodo a la zona donde quieres hacer la soldadura, salta un arco eléctrico entre el extremo del electrodo y las piezas a unir. Este arco genera suficiente calor (cosa de 3.000 graditos centígrados, ahí es ná) para que el metal de las piezas, y el del mismo electrodo, se fundan; quedando unidas las piezas cuando vuelve a solidificarse.

Por cierto, el metal aportado por el electrodo se denomina precisamente eso, aporte. El electrodo también tiene un recubrimiento químico que, según se va evaporando, ayuda a que la soldadura se fije bien y se encarga de mantener alejado el oxígeno ambiental (tú quieres soldar con metal más o menos puro, si se mezclara mucho oxígeno con el metal a esas temperaturas, estarías soldando directamente con óxido)

¿A que suena sencillo?

Pues no.

Hay un impedimento básico para todo esto, y es que trabajas básicamente a ciegas. Me explico.

El arco de soldadura monta una auténtica verbena en lo que se refiere a energía electromagnética: nada de utilizarlo cerca de nadie que use un marcapasos (va en serio) ¡Ah! Y no emplearlos en manga corta, o puedes acabar con quemaduras como las que provoca el sol. Sí, sí, quemaduras por radiación UV, no por las salpicaduras o por el calor generado.

Qué decir entonces de lo que les puede pasar a tus ojos si miras directamente a ese arco. El deslumbramiento temporal es lo más leve que te puede pasar, y con deslumbramiento no me refiero a un "¡oh, mierda, espera un segundo que no veo!", me refiero a un "el médico me ha dicho que dentro de un par de días me quitan las vendas y a ver qué tal". La cosa puede seguir por las lesiones oculares permanentes, y a las malas, llegar hasta la ceguera irreversible. Así que nada de hacer el tonto: hay que protegerse bien la vista. ¡Ah, y la cara, que tampoco te la quieres quemar! Para eso existen las máscaras de soldador.

Ojo: máscara para soldar con arco. Nada de gafas de protección para soldar con oxiacetilénica. Esas últimas no protegen ni de lejos lo suficiente para soldar con arco. Echa un vistazo a esto y déjate asesorar por el tipo de la tienda.

Una máscara de soldador consiste en una máscara opaca, con una pantallita que, a primera vista, también es opaca. Para ver algo a través de esa pantalla, tienes que estar mirando a algo realmente brillante. Como por ejemplo un arco voltaico, fíjate tú qué casualidad tan útil. Pero claro, hasta que el arco no salta, básicamente no ves lo que estás haciendo.


Hay unas máscaras que llaman electrónicas. La pantalla es transparente, y tienen un sensor que las oscurece casi instantáneamente cuando se forma el arco. Pero tienen un problema: todo lo que he leído al respecto apunta a que las únicas un poco fiables son las de gama alta, que son bastante caras.

A la hora de elegir una máscara, verás también que tienes las que se enganchan en la cabeza, y las que simplemente se sujetan con la mano. Leí una opinión a favor de las que se sujetan con la mano que me gustó bastante: mientras estás sujetando la máscara, no estás apoyando distraídamente la mano en una superficie metálica por la que están circulando unas cuantas docenas de amperios.

Pero no os creáis que no ver lo que haces es el único problema. Otro problema importante es “arrancar”

-¿Y qué es eso de arrancar, si puede saberse?

Digamos que, en contra de lo que pensarías después de unas cuantas clases de física, no es suficiente con acercar el electrodo para que se forme el ansiado arco. No, es un proceso mucho más complejo, que incluye su pequeño ritual, algunos improperios, y, con apenas un poco de suerte, unos cuantos fusibles quemados.

Lo primero que hay que hacer es cebar el trasto, o no conseguirás nada. Para ello, puedes raspar la punta del electrodo por la pieza a soldar, o, si no quieres hacerle marcas, por una pieza de desecho o una esquina de tu superficie de trabajo. Cuando empiezan a saltar chispas (¡Ojo, esto ya se hace con la máscara!) es que el equipo ya está listo para empezar a trabajar.

Y ahora viene el arranque. Con tus guantes de soldador (los de eléctrica son más o menos finos, pero siguen siendo unos señores guantes) sujetas un electrodo cuya punta vibra alegremente allá lejos. Te pones una máscara con la que no ves nada, e intentas generar un arco justito justito donde quieres empezar a tirar el cordón de soldadura.

Puede que el arco salga en cuanto acerques el electrodo (¡guay!) pero es más normal que haya que empezar “picando” un poco la pieza con la punta del electrodo, retirándolo inmediatamente un par de milímetros, para que el arco arranque. Si lo retiras demasiado, el arco no se formará. Y si no lo retiras lo bastante, o no lo haces suficientemente rápido, el electrodo se quedará pegado a la pieza. Y te recuerdo que todo esto lo haces con la máscara.

Cuando el electrodo se queda pegado a la pieza, puedes hacer varias cosas:

-Despegarlo rápidamente con un tirón brusco. Muy desaconsejable si la pieza es pequeña, no está bien sujeta, y ya está muy caliente de haber estado soldando antes. Tú no quieres un trozo de metal casi al rojo volando por ahí.

-Soltar inmediatamente el electrodo de la pinza que lo sujeta (suelen tener un gatillo que lo facilita)

-Ver cómo se funde algo, ya sea el electrodo, la pieza… el equipo de soldadura, tu instalación eléctrica… Ten en cuenta que esto es un cortocircuito de los de libro.

Muy bien, ya hemos arrancado. Hay un arco voltaico crepitando como unas croquetas en una sartén. ¿Ahora qué?

Ahora hay que conseguir mantener el arco mientras vas formando el cordón. El electrodo se va a ir consumiendo, más deprisa de lo que uno se esperaría; pero su punta debe mantenerse a una distancia constante respecto a la pieza a lo largo de todo el cordón, o el cordón será irregular y tendrá extraños pegotones y burbujas. Así que tienes que ir acercando poco a poco el electrodo para compensar su desgaste.


Después de realizar una buena serie de pruebas con todo esto, he llegado a la conclusión de que estamos en presencia de lo que es, sin duda, un fenómeno cuántico, ya que se cumple a la perfección el

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Principio de Incertidumbre de Axil
(sobre soldadores novatos)


El soldador aficionado puede conseguir un cordón de soldadura bien hecho, o puede conseguir un cordón de soldadura en su sitio; pero no ambas cosas a la vez.
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Efectivamente, cuando por fin logras que un cordón te salga medio bien, al apartar la mascara con una sonrisa de oreja a oreja, ves que lo has echado a una distancia de entre un par de milímetros y un centímetro de donde creías que lo estabas haciendo.

Y cuando te centras en apuntar bien, te despistas de mover el electrodo a una velocidad uniforme, y de mantenerlo siempre a la misma distancia; así que consigues una horrorosa sucesión de pegotones.

Porque tirar el cordón es un proceso lleno de ajustes delicados. Para empezar, tienes que elegir electrodos del grosor apropiado, y ajustar el aparato a una intensidad adecuada, más o menos según esta tabla (sacada de esta página de Leroy Merlín, que, por cierto, tiene algunos consejos interesantes)


Pero claro, todo el mundo dice que estas tablas son sólo orientativas; y que el tipo de material, el equipo, todo... van a influir en el ajuste final.

Sin saber muy bien lo que digo, creo que la guía viene a ser:

- Si el arco no arranca ni a la de tres, es que hay poca chicha. Sube un poco el amperaje.

- Si el arco sale enseguida, y más que a echar un cordón, tiende a hacer agujeros en el metal, te has pasado. Baja el amperaje.

Claro, que todo esto también se relaciona con la distancia del electrodo y con la velocidad a la que lo muevas. Si lo mantienes muy cerca y lo mueves muy despacio, harás agujeros y pegotones. Si lo mantienes muy lejos y lo mueves muy deprisa, el arco se cortará y quedarán vacíos en el cordón. Cuatro o cinco factores delicados que tienes que equilibrar. ¿Cual es el secreto? Ni idea, si lo descubres me lo cuentas.

Y por cierto, antes de cambiar de tema... nada de soldar materiales desconocidos, o galvanizados, o acero inoxidable si no sabéis muy bien lo que estáis haciendo. Vapores tóxicos ¿recordáis?

...

Y todo este rollo que he soltado sobre soldadura ¿a qué hemos dicho que venía?

¡Ah, sí! ¡Fabricar una estaca para elevar chapa!

Lo que se llama una estaca en T, como las que utiliza el maestro Eric Thing en esta clásica página de referencia de Anvilfire.

Yo empleé el mismo tipo de cuadrado de hierraco que llevo tiempo usando como base para mis estacas. Es de tres centímetros de lado, es decir: como la mitad del grueso que el que el maestro Eric recomienda. Pero es el que tengo en casa, oiga.

Pero espera ¿cómo se suelda algo así de gordo?

Lo primero que tienes que hacer es meterle una buena lijada a los bordes que vas a unir. Por un lado, para quitarle cualquier resto de pintura o suciedad que vaya a estropear la soldadura. Y, por otro, para crear un chaflán de entre de 45 y 60 grados, que te permita llegar a cierta profundidad soldando.


Tal como se ve en el dibujo (otra vez de L&M) hay que ir tirando cordones, uno encima del otro, hasta conseguir un relleno sólido.

Entre cordón y cordón, para que todo fije bien, hay que eliminar toda la escoria que se deposita en la superficie. Para eso, se le meten unos cuantos golpes con un martillo, y luego se rasca con un cepillo de púas (venden unos cacharrines muy monos, piqueta por un lado y cepillo de púas por el otro, específicamente para esto)

Y tampoco es mala idea darle una pasada ligera con la radial para eliminar tanto escoria como burbujas entre cordón y cordón. Me podía haber aplicado el cuento, pero no fue el caso.

De todas formas, y sea como sea ¡Ya tengo mi primera estaca en T, soldada por mí mismo!

¿Cómo se utiliza esto, con qué otras herramientas, y qué demonios estoy intentando construir? ¡Ah! No pensarás que voy a desvelar todo eso, y quedarme sin nada que contar en las próximas entradas ¿verdad?

(A todos los lectores con experiencia en soldadura: por favor, es el momento de empezar a explicarlo todo bien en los comentarios. Si me hacen el favor, corrijan de inmediato los errores garrafales que pueda haber vertido; y aporten todas esas técnicas básicas que yo no conozco)

lunes, mayo 18, 2009

Quinto interludio: ¡A por el trienio!

¡Cómo pasa el tiempo el tiempo, oiga! Parece que fue ayer cuando compré el primer rollo de alambre y los primeros alicates para hacer malla, y ya van nada menos que tres añitos.

¡Esto hay que celebrarlo! Es un día para celebrar que me metiera en esto del armadureo, es un día para celebrar que me metiera en esto de los blogs, y es un día para celebrar que parte de mi casa parece más bien una pequeña industria metalúrgica.



Este año ha sido quizá menos variado en cuanto a piezas. Básicamente, ha sido el año de empezar con la malla remachada (espero terminar ese almófar en unos 15 ó 20 años más) y de volverme loco con los guanteletes (que cuanto más los miro, más ganas me dan de desmontarlos para colocarles unas falanges más largas que no dejen huecos desprotegidos al cerrar el puño)

Y es que ése es el problema de ir animándose con proyectos cada vez más complicados: que uno acaba metido en camisa de once varas con trabajos larguísimos por delante.

Claro que la cosa también se va salpicando con cada vez más piezas "civiles", como muebles o calzado.

¡Calzado! Mi asignatura pendiente, después de un par de chapuzas de importancia. Los siguientes, gracias entre otras cosas a los inestimables consejos del maestro Lupercio de Canfranc, espero que salgan bastante mejor.

Y hablando de maestros, cómo dejar de mencionar la amabilidad de Julio del Junco, que no sólo ha aconsejado, ayudado y comentado; sino que incluso se dejó enredar para protagonizar una entrada. Por cierto, que a la gente que vio sus retales de malla en Teruel había que cerrarles la boca con sargentas para que no se les llenara de moscas.

¡Teruel! Sí, este año hemos asistido a más eventos, cada vez un poco mejor pertrechados, y cada vez conociendo a más gente y haciendo nuevos amigos. Y en ese apartado, hay que destacar lo estupendo que ha sido conocer por fin en persona a Harald y Kombo, con quienes hemos coincido ya en un par de eventos.

Y por supuesto está el blog, que sigue representando para mí la mitad de la diversión de toda esta movida. Si los primeros dos años del blog se habían saldado con 93 entradas y 40.000 visitas, ya vamos por 126 entradas y 90.000 visitas a lo largo de estos tres años. Y es que, de aquellos días con cinco o seis visitas, la cosa ha llegado a un punto en que no es para nada extraño que el blog reciba más de 200 visitas en un día.

Y además las visitas parecen cada vez más selectas. Sigue siendo muy normal el "cómo hacer cotas de malla" y, no comprendo por qué, el "piezas que componen un martillo". Pero en general se han reducido enormemente las visitas perdidas procedentes de búsquedas sorprendentes. Pero vamos, que haberlas, haberlas, las hay. De ahí que sea necesario hacer una segunda edición del



Consultorio de Axil para las visitas perdidas (ii)
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Cota de malla makina
Querido amigo: vale que te guste el bakalao y la edad media, pero no, no intentes bailar bakala con una cota de malla puesta; pesan mucho y probablemente te acabes hundiendo un par de vértebras.

Va con ll o con y malla?
Simpático lector, eso depende. ¿El tejido? ¿La cultura? ¿La abeja?

Las site marabillas mallas
Pufff. Caballero, está usted más allá de cualquier "depende". Vamos a dejarlo en que es loable que haya estudiado castellano antes de irse de vacaciones a México ¿vale?

Malla tornado
¡Leches, eso me tiene usted que enseñar cómo se teje!

Vainas bonitas
Debo decir que, en ocasiones, Google le hace a uno sentirse orgulloso de su trabajo.

Foto de persona cortándose el brazo
Claro que, otras veces, resulta preocupante. ¡Qué poca confianza en mi habilidad con las herramientas!

Muy feos
Y a veces sólo puedes decir: ¡Jo, cómo se pasa Google enviando esa búsqueda a este blog!

el-acha-de-guerrami-arma-favorita
Estimado lector, ¿puedo sugerirle que intente arreglar la barra espaciadora de su teclado? (Y, ejem, no estaría de más revisar la tecla de la 'H', ya de paso)

He perdido grasa en el abdomen y que tengo que hacer para endurecerlo
No se preocupe, querido amigo, que no está perdida, que ya la he encontrado yo. Cuando quiera se la devuelvo.

Sacar broca rota en hueco
Oooops. Tiene usted un problema. Si no sale con un poco de aceite y unos golpecitos, la cosa va a estar chunga.

Hacer puñetas lavar la ropa
¡Diga usted que sí! ¡Y lo de plancharla, que se vaya al guano también, hombre ya! Y que digo yo ¿hasta qué punto le ha sido útil este blog?

Puntadas con 2 agujetas para busos
Vale, confieso que ahí me ha pillado. ¿Qué demonios es un buso? Si hace ejercicios bruscos, es normal que el buso tenga agujetas al día siguiente, pero tampoco es para darle de puntadas ¿no? ¡Pobre buso!

Los ortodoncistas lijan los dientes
Venga, vale, no le digo yo que no. Y espero que en este blog encuentre todo el detalle que busca al respecto, estimado amigo. Pero si un ortodoncista intenta lijarle los piños con alguna de las técnicas que se cuentan por aquí, yo que usted desconfiaría y me largaría de la consulta más bien deprisita.

Peligros que enfrenta el yunque
Pues, básicamente, los martillazos que se pueda llevar. Bueno, y tal vez la oxidación. Por lo demás, digamos que de 50kg para arriba de hierro macizo no suelen tener muchos enemigos naturales.

Bombonas de oxígeno decorativas
Querido amante del interiorismo: para gustos hay colores, pero decorar con bombonas de oxígeno me parece de un modernismo excesivo, por no decir incluso que algo hortera. ¿Puedo sugerirle algo más convencional, como cuadros o fotos?

Cómo hacer hombreras de madera
La respuesta a su pregunta es muy sencilla: pille un trozo de madera. Mírelo con atención. Considere en profundidad lo que quiere hacer. Tire el trozo de madera. Haga unas hombreras de metal.

Vídeos y fotos exhibicionistas de alagon
No sé yo si mi amigo don Artal de Alagón es dado a tales excesos, pero le preguntaré la próxima vez que le vea. Pero vamos, que no le veo yo de portada del Interviú.

Romper disco frenos vecino
Pues sin desmontarlos te va a costar, porque son de un acero durísimo. Eso sí, si lo consigues, toma buena nota de cómo lo hiciste: te servirá más tarde para romper los barrotes de tu celda.

Cómo se llama el mango del hacha
Pues yo lo suelo llamar "mango del hacha". Encantado de haberle sido de ayuda.

Cómo arreglar el cuarto de un recién nacido
¿Qué tendrá que ver eso con este blo...? ¡ah, claro! Vale: Felicidades por haber sido padre. Ahora repase el blog: si algo de lo que vea en él se encuentra en el cuarto de su bebé, sáquelo de ahí inmediatamente, que el niño se puede hacer daño.

Cómo cortarse el pelo en capas
Se agarra toda la melena dentro del puño en lo alto de la cabeza, y se pega un tijeretazo a todo lo que sobresalga. ¡Pelo a capas simple e instantáneo! Yo me lo corto así (Creo que sería justo que me hiciera llegar una comisión del 10% de toda la pasta en peluquería que le acabo de ahorrar)

Hastur es nihilista
No señor, lamento tener que llevarle la contraria, pero Hastur no es nihilista, Hastur es Aquel Cuyo Nombre No Debe Ser Pronuciado.

Tengo una gotera y no localizo al vecino
Esteeee... vecina, en este momento estoy en casa, dame un toque, y si hay algún problema con la bajante, llamamos a los del seguro hoy mismo...

Qué es la orcología
Caballero, en El Blindado Personal nos parece loable que se interese usted por la orcología, la ciencia encargada del estudio de los orcos. Sin duda, una especialidad de renombre en la Universidad Autónoma de Numenor.

Es normal que los discos de dremel se desgasten tan deprisa
Querido amigo: mucho me temo que sí.

Qué invento se puede hacer con clavos tuercas cono de hilo botones
Jo, pues se me ocurren un montón de cosas. Una marioneta, un coche de juguete, un giróscopo, un diábolo, un punzón, un látigo de siete colas... Y si además se dispone de un poco de alambre... ¡Tiembla, McGuiver, el mundo será nuestro molusco!

Colmillos de acero en plastilina

A ver ¿en qué quedamos? ¡Mire que son materiales muy diferentes! Y si son de acero, se va a hacer daño, pero de plastina es que van a estar asquerosos.

Historia del tigre colmillo del saber
No, no me refería al saber de los colmillos, me refería al sabor.

Guanteletes con ganas
Disculpe, pero ¿con ganas de qué? ¡Qué consulta tan desconcertante!

Desarmar ordenador tachuelas
¡Qué ordenador más raro! Tenga cuidado, estimado aficionado a la informática: si la carcasa no es metálica o de plástico, sino de cuero, es que no está usted desmontando el ordenador, sino la chupa que guardaba de cuando era heavy.

Y yo le robé una flor a Frankenstein
No tengo palabras... qué mala persona, la flor que le regaló la niñita... ¡Fuera de mi blog, insensible!

Por qué en el pavonado las piezas salen marrones
Me temo, estimado lector, que puede haber sido víctima de una broma. Desconfíe del que le dijo que podía pavonar dejando el hierro una semana en agua salada. Eso va a ser óxido.

Cómo quitar las manchas de robin de una camiseta
Leches, Robin, mira que te lo tenemos dicho: ¡deja de ensuciar así las camisetas, hombre! ¡Si es que no tienes cuidado con la ropa!

Cómo forrarse sin pegar ni chapa
Buen intento, querido amigo, pero en este blog no está la respuesta. Eso sí, si se entera del método, no tarde en hacérmelo saber.

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Claro que la gente que llega con estas búsquedas no suele dejar comentarios explicando qué tenía en mente. ¡Qué rayos! ¡La gente que llega con búsquedas más centradas apenas deja comentarios tampoco!

Muy bien, habrá que animarlos con el típico banner de 'deja un comentario'.

En primera instancia, pensé en piratear el de la página Agente Naranja; un blog más o menos lovecraftiano del que, curiosamente, me llegan visitas de forma regular:

Me enamoré de este banner según lo vi; y es que todo friki de pro tiene un lugar especial en su corazoncito para Carasepia.

Aunque claro, el Gran Cthulhu, con su peluche de Dagón, tal vez no sea lo bastante identificable. Tal vez haya que irse a algo más conocido y, a la vez, más personal:


Pero espera. ¿Qué demonios pinta Constantino en todo esto? Nada, nada; este banner es una fricada injustificable. Hay que currarse algo más centrado, algo que rezume seriedad y que plasme el espíritu formal de este blog:


Eso sí: aseguraos de mantener los comentarios en un tono educado y sin ofender a nadie. Que ya sabéis que aquí siempre tengo la antena puesta...

... y como alguien no se comporte como es debido, que sepa que también tengo el mando.


Y para terminar: he aprovechado la ocasión para actualizar la lista de enlaces de la derecha, sobre todo los apartados de blogs y grupos de recreación. Las novedades, al final ¡no os las perdáis!

(Y, si no está alguno de los que es, que me lo recuerde; que confieso que tengo el tema bastante descontrolado)

jueves, mayo 07, 2009

Ciutadilla 2009: Tostándonos al sol con la OAN

Canto Primero
En el que se narra el viaje a Ciutadilla, así como los hechos allá acaecidos hasta la puesta de sol, y se aprovecha para hacer escarnio de propios y extraños; con particular incapié en mofarse del nuevo escudo de Coalheart.


Nos vamos a Ciutadilla
otra vez a la trobada
a ver a nuestros amigos
de la OAN ¡gran mesnada!

La furgoneta es muy grande
y nos permite más carga
que llevamos muchos trastos
y abultan una jartada.


Salimos el mismo viernes
bien entrada la mañana
con el depósito lleno
y brillante la mirada

Llegamos a media tarde
¡Cuánta gente, qué pasada!
¡Y pedazo campamento
que hay montado en la explanada!


Saludar a los amigos
y a bajar por la barranca
que nuestras tiendas modernas
deben quedar camufladas.


Ya plantado el campamento
y ataviados a la usanza
a charlar con todo el mundo
y a tomar unas viandas


con la gente de la OAN
que ya tiene tiendas majas
y pabellones de lino
que no desmerecen nada.


Allí vimos sus trabajos:
el armero, una monada;
lámparas, sillas, banquetas
y hasta labores de lana

Qué decir de los escudos
del tamaño de una vaca
que más sirven de navío
que de complemento al arma


El canteado de Quinto
con las tachuelas tapadas
por un rizo dado al cuero
me parece una pasada


Y el escudo Bizantino
que Coalheart documentara
y que por mucho que insista
para mí que es De La Prada

Allí montamos los bancos
probados muy a las bravas
por algún que otro trasero
de contundencia sobrada.


Por la noche hay un desfile
de antorchas y luminarias
mas como pronto se agotan
portamos sólo unas jarras




Ya de vuelta al campamento
tras la cena hay buena charla
y nos retiramos pronto
para estar frescos mañana.





Canto Segundo
Donde se glosan los principales acontecimientos del evento, los desmanes de trabajar una chapa descaradamente demasiado fría, y los grandes y épicos sucesos de la batalla.


El día será cansado
y habrá trabajo a patadas
que Coalheart se trajo forja
y tendré que aprovecharla


Se hizo un primer intento
de martillear la chapa
en mitad del campamento
mas el ruido no gustaba


Presto fuimos expulsados
nos mandaron a la entrada
donde en plena solanera
arrancó la minifragua


Los Fidelis nos prestaron
un cubo de fresca agua
por si acaso hay un problema
y las llamas se desmandan

Y ora Quinto, ora su hermano
con el fuelle se alternaban
¡triste fuelle, socarrado,
no volvió completo a casa!


De tamaño limitado
el fuelle y la minifragua
fue bastante insuficiente
el calor que generaban

Y en vez de ponerse al rojo
apenas azuleaba
y bien duro que seguía
el hierro que trabajaba


Con fuerza bruta suplimos
de calorías la falta
y logramos, por lo menos
arrugar algo la chapa.



Dos milímetros de gruesa
es este pedazo plancha;
ya hablaremos del proyecto
para el que está destinada

Eso si, me dejó el brazo
hecho toda una piltrafa
sin bailar los “pajaritos
estaré una temporada.

Paramos para zamparnos
la comida, bien ganada
y a la tarde, de paseo
que hay que estirar las patas

para lo cual Ciutadilla
nos ofrece buenas rampas
que con estas escaleras
alguno echará la raba.

Y por fin en el castillo
hicimos pausa obligada
en la torre culminamos
con Arant haciendo estampa.

Por la zona conocimos
a la mismísima Eslava
y aquí me tenéis posando
junto a la amiga Zlatava.


Más tarde nos dirigimos
a presenciar la batalla
ya que no participamos
por no ver las reglas claras

Y junto al almajaneque
se nos caía la baba
viendo como sus impactos
a todo el mundo empapaban.

que por supuesto no eran
piedras lo que disparaba
sino inofensivos globos
eso sí, rellenos de agua.


Hubo una escaramuza
allí mismo, en la explanada
y después, allá en un prado
la verdadera batalla.


¡Qué pereza, qué cansado
ir con toda la ferralla
tan lejos, bajo el solazo
a pegarse con la basca!



Y según pasa la tarde
se van viendo cosas raras
y hasta efectos especiales
uno hizo con espadas

y colocó un cacharrillo
que extrañas chispas lanzara
cuando en mitad de un combate
aquellas hojas chocaran.

Ver tenían sus mercedes
de Xavi y Coalheart las caras
al ser envueltos en cables
para disparar las cargas

¡Lástima que fuera un fiasco
y la cosa se atascara
que al final no fue en la lucha
sino a mano detonada!

Y qué decir del buen persa
cuya fe se tambaleaba
porque cierto chascarrillo
su turbante provocaba.


Cuando al final anochece
tras cenar una ensalada
corre el vino y la cerveza
y se cantan cien tonadas

que los cantos populares
resultan parte obligada
aunque debo confesarlo:
el "Campanera" me raya.



Canto Tercero (Karaoke Mix Version)
Donde se desvela la sombría naturaleza de la noche de Ciutadilla, y la celebración es interrumpida por el ataque de los zombies asesinos del espacio exterior de la orden del temple; y el romance de ciego es abandonado para narrar en forma de karaoke, usando como fondo musical el también cantado en Ciutadilla Bohemian Rhapsody.
(Nota del cronista: todo los hechos aquí karaokeados son fieles a lo acontecido, y no el producto de una excesiva exposición a sustancias psicotrópicas. Por extraño que parezca.)
Póngase voz de Freddy Mercury:


¿Cómo lo contaré?
¿cómo os lo diré?
Qué noche tan rara
cuando Quinto nos lo contó
Nos van a atacar, los zombies de por aquí.
Yo no me entero de qué irá esto
porque vamos a ver, ¿esto qué es? ¿qué pintará un zombi aquí?
Por mucho que pienso no tiene sentido para mi, para mi.

Es una tradición
A los chavales les da por vestirse de templarios
Es una tradición
se maquillan como zombies, no sé por qué.
Es una tradición. Ya sé que es un poco tonto
pero chico, eso es lo que hay.
Van por ahí, van por ahí, dando sustos a la gente.

Así que llega el momento
de plantarles cara, de presentarles batalla.
Vamos todo el mundo, hay que pelear.
Tendamos una trampa desde ya
Venga, hay que planificar.
La mejor emboscada hay que montar

Veo una silueta que se mueve entre las tiendas
¡Ese es Quinto, ese es Quinto, que no sabe esconderse!
Para mi que este sigilo deja mucho que desear
¡Pero bueno! ¡Pero bueno! ¡Pero bueno! ¡Pero bueno! ¡Pero bueno! ¿Y ahora qué?
Os lo dire: una maniobra de distracción
Necesitamos una buena distracción
que despiste a esos monstruitos.

Cantaré o bailaré, dime tú que harás
¡Camuflar! ¡Sí! Leo es un grandullón
(¿Y qué más?) ¡Camuflar! hará de pabellón
(¿Y qué más?) ¡Camuflar! Gemma hará de Gigantón
(¿Y qué más?) No sé si colará (¿Y qué más?)
Ya podemos empezar. No sé yo
Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.

(Al ataque, al ataque) Comencemos con el plan
Escondeos que estarán a punto de llegar, llegar, llegar.

Pero bueno, patanes ¿vosotros de qué váis?
¡Que os estamos oyendo! ¿Es que no os coscáis?
¡Oh, mierda! ¡Si estaban aquí al lado!
De todos nuestros planes, de todo se han enterado.

Pues menudo chasco, vaya decepción.
Todo se ha ido al guano
y es que nos ligaron de marrón.

Otro año veremos...


Canto Cuarto
Despedida de Ciutadilla

Y ya llegado el domingo,
la fiesta finiquitada,
ya sólo queda pendiente
empaquetar e irse a casa.

Es muy triste despedirse
de todas estas mesnadas
pero seguro que en breve
nos podremos ver las caras.

Aunque siempre es divertido
ver sufrir al pobre Arant
plegando su tienda nueva
que es un poco enrevesada.