lunes, marzo 30, 2009

Mobiliario: ¡Cualquiera puede hacer unos bancos desmontables!

Se van acercando las fechas de Ciutadilla, y ya estamos otra vez liados con la preparación de trastos para el evento.

Y como eso de la chapa, la malla, o el cuero está ya muy visto, es el momento de adentrarse en algo novedoso: ¡vamos a hacer el primer trabajo en madera!

Y es que este año nuestros amigos de la OAN van a montar un campamento histórico; y aunque al parecer van a poder hacernos un huequito en sus mesas, lo que ya no tienen para todo el mundo son asientos.

¿Y eso va a amilanar a un artesano tan inconsciente de sus limitaciones polifacético como yo? ¡Por supuesto que no! ¡Manos a la obra!

Lo primero de todo es documentarse y decidir qué diseño vamos a seguir. Y ojo, que hay una limitación importante: los asientos van a tener que viajar en el reducido espacio de un coche, así que tienen que ser desmontables o plegables.

Como no tengo ni la más remota idea sobre mobiliario medieval, lancé la pregunta en varios foros; donde me pasaron un montón de información interesante. Claro que parte de la información es que puede considerarse cuando menos muy dudoso que un ejército se desplazara con este tipo de mobiliario. Pero qué queréis que os diga: cuando llevas unas calzas de fino lino con tendencia a dejar un hueco entre ellas y el calzón, como que no te apetece mucho sentarte en un suelo lleno de piedras, cardos, barro, bichos... Si es que no se nos puede sacar de casa, con estos delicados culitos del siglo XXI...

Una de las primeras referencias útiles la encontré en este hilo del foro de ACHA (gracias Jose) pero había algo que no me terminaba de gustar: las patas sobresalen por encima de la superficie del banco, con lo que se desperdicia parte de la superficie. Y eso es un contra, teniendo en cuenta el escaso espacio disponible para transporte.

Donde al final me pasaron la información que fusilé que me inspiró, fue en este hilo del foro del Clan del Cuervo (gracias, Yeyo) Os recomiendo que os deis una vuelta por los enlaces que fueron poniendo, que hay algunos de lo más curiosos.

A mi me parecieron especialmente interesantes éste y éste. De hecho, gran parte de esta explicación va a estar sacada directamente de esos artículos (que son difíciles de mejorar)

El tamaño de los bancos va a estar limitado por las medidas estándar de los tablones de madera, y por el ancho de los maleteros. (Y ojo con lo de las medidas estándar, que lo suyo es planificar con cuidado los cortes para no desperdiciar demasiada madera)

Nosotros decidimos hacerlos de aproximadamente 120cm de largo por 30 de ancho. Como no tenia demasiada ninguna confianza en mis escasas limitadas inexistentes habilidades como carpintero, y además soy un rácano de cuidado, no quise gastarme la pasta en una madera decente, así que compré vulgar pino de 3cm de espesor.

Lástima no darme cuenta de que no era madera maciza hasta que salí de la tienda. En realidad, está fabricada de montones de listoncillos pegados entre sí; pero en fin, habrá que aprovecharla. Ojito con este tipo de madera: hay que cortarla de forma que la fuerza la haga en dirección de la veta, si lo hace en perpendicular, se rompe con facilidad.

¿Y cómo es un banco desmontable? Pues hará falta una superficie en la que sentarse, unas patas que encajen en esa superficie, y algún tipo de tensor entre las patas que evite que todo el invento se descuadre y se caiga. Básicamente, algo del tipo de lo que utilizan los amigos del Clan del Cuervo (aunque tenga pinta de un anuncio de Ikea, es una foto sacada de su web):


Claro que este diseño tiene un par de problemas.

A la que seas un poquito manazas y dejes más holgura de la cuenta, cualquier movimiento lateral puede inclinar todas las patas hacia un mismo lado... y el peso de los que estén sentados en el banco se encargará de forzarlas más, posiblemente partiéndolas y acabando con una dolorosa y humillante costalada del personal. Y no me importa lo graciosa que te pueda parecer la idea, no tengo intención de probarlo.

Por otra parte, cualquier tirón de la pieza de la superficie la sacará fácilmente de las patas; otra cosa que habría que evitar.

¿Y cómo solucionamos todo esto? Pues es fácil: encajando las patas en ángulo, para que no pueda vencerse hacia un lado, y para que agarren un poco a la superficie.

El banco va a tener cinco piezas:

- La superficie, en la que irán tus posaderas. Tendrá unos agujeros en los que encajarán las patas-

- Dos patas, una a cada lado del banco. Tendrán unos salientes que encajen en la superficie.

- Un nervio, puesto de perfil, debajo de la superficie. Esta pieza sirve para evitar que la superficie se combe y se parta si un gordopilo con una pesadísima cota de malla se sienta en el centro del banco. Se sujetará en ranuras practicadas en las patas.

- Un tensor a media altura de las patas. Sirve para sujetar las patas en el ángulo correcto, y dar solidez a todo el conjunto; además de servir de superficie auxiliar en la que dejar un yelmo o una espada lejos del húmedo suelo.

Tanto el nervio como el tensor se fijan con cuñas de madera colocadas en huecos calados a tal efecto, de forma que nada se mueva de su sitio.

Vamos, que nos va a quedar algo así como esto:

El ángulo correcto de las patas debería ser de 10 ó 12 grados con la vertical (osea, entre 80 y 78 grados con la horizontal) Vas a tener que tomar este ángulo unas cuantas veces, así que no es mala idea que te hagas una plantilla.

(No, no tengo ni idea de qué hacía ese horrible transportador de ángulos escolar por mi casa)

Si te fijas en el gráfico de cómo va a quedar el banco, verás que muchos de los cortes tienen que hacerse siguiendo ese ángulo, ya que cortar en ángulo recto resultaría en algo que no encajaría jamás.

Afortunadamente, esto es algo bastante habitual cuando hay que cortar madera, y los fabricantes de sierras de calar lo saben. Lo más probable, es que el patín de tu sierra de calar sea ajustable, y que lo puedas fijar en el mismo ángulo de la plantilla sin mayor problema.


¿Por dónde cortar las piezas, y con qué forma? Aquí tienes los patrones que utilicé yo (corregidos después de una primera versión en la que me colgaban las piernas)
La pieza de la izquierda es una de las patas. El resto, empezando por arriba, son la superficie, el nervio, y el tensor.

Explicación de las medidas:

- Están todas en centímetros.

- Las que tienen un asterisco, serían distintas si las midieras por el otro lado de la tabla, debido al ángulo de las patas. Ojo: aunque las medidas de las patas sean iguales por ambos lados, en realidad todos los cortes transversales son en ángulo.

- Medidas variables:

- a: ancho de la madera que empleas (yo he usado 3cm de ancho). Pero tampoco hiles muy fino con este corte, que siempre te hará falta un pelín de holgura para que las piezas entren en las ranuras.

- b: ancho de la madera, entrando en ángulo en la ranura, que siempre necesita un hueco un poco más ancho que si entrara en perpendicular. Sí, para ser exactos, eso es a dividido por el coseno del ángulo que forman las patas con la vertical. Pero si de verdad eres capaz de cortar con precisión ese medio milímetro de más ¿para qué demonios necesitas leer esto? Resumiendo, que b es lo mismo que a, pero con un pelín más de holgura.

- c: en teoría es lo mismo que b, pero es mejor que lo dejes un poco más largo, y que una vez montado el banco marques, cortes y lijes para que estos salientes de las patas queden bien a ras de la superficie del banco.


- d: toma esta medida de huecos para las cuñas sólo cuando tengas el banco montado, tensor incluido.

- e: es muy importante que esta medida la tomes con las patas montadas en la superficie. No importa que hayas hecho otro banco antes y que estés usando las mismas medidas: las diferencias en el corte hacen que cada banco tenga un ángulo ligeramente distinto; y si esta medida no está bien tomada, el banco bailará hacia los lados. (Puedes creerme, lo sé).

Pones la superficie boca abajo, encajas las patas, y las separas entre sí tanto como sea posible. Es en esa posición en la que tienes que tomar la medida. ¿Cómo que no tienes suficientes manos para medir mientras separas las patas? ¡Improvisa, hombre, improvisa!

Y te preguntarás ¿por qué las patas son un pelo más estrechas que la superficie? Lo suyo sería que fueran iguales, pero cuando uno no es muy ducho en esto de la carpintería, mejor no jugársela.

Y ya sólo queda liarse la manta a la cabeza, y ponerse manos a la obra. Y recuerda: se mide dos veces, para así tener cortar sólo una. ¿Cuándo me aplicaré yo ese cuento?


Evidentemente, para poder meter la hoja de la sierra en los huecos calados de algunas piezas, te hará falta usar un taladro. ¡Ojo! Piensa que, si el agujero hay que cortarlo en ángulo, hay que tener en cuenta por dónde va a salir la broca por el otro lado, no te vayas a cargar la pieza.


Podría decir que el proceso de corte genera ingentes cantidades de serrín. ¡Pero es que esa descripción se queda taaaaaan corta!

Se genera serrín a porrillo. A toneladas. A patadas. A mares. En cantidad suficiente para asfixiarte con él, para enterrarte, para aplastarte, para cubrir el suelo de media docena de tascas durante un mes, para esconder toda tu zona de trabajo con un dedo de polvo de madera.

He tenido que barrer hasta las paredes. Avisados estáis.

¿Y no te pensarás que todo acaba con el corte, verdad? Tendrás que lijar todas las partes cortadas para igualarlas, lijar la superficie para eliminar las marcas de lápiz, redondear los bordes del asiento... Para todo esto, te será imprescindible una buena lima de madera que te ayude a igualar las ranuras...


...y por supuesto que una lijadora de bandas, y/o unos discos de lija para el taladro, serán de gran ayuda. Aunque claro, puestos a buscar ayuda, nada como enredar a un tipo serio como Arant en el asunto del lijado:


Ya no queda más que cortar unas cuñas que sujeten las piezas del banco. Hacerlo en el mismo ángulo que forman las patas resulta en una solución bastante elegante; y no está de más darles un lijado para rebajar las aristas.


Y con esto y un bizcocho...

- ¡Espera! Oye, que esto es madera baratucha de pino; y no sólo es fea de narices, sino que además se va a rajar miserablemente en cuanto le llueva o le pegue un poco de sol. ¿No habría que darle con algún tipo de protector, y preferiblemente uno que mejore su aspecto?

- Venga, vaaaaa...

- Oye, Axil... ¿cómo le has dado ese aspecto envejecido a algo recién fabricado?

- Fácil. Después de dar la primera capa de protector, lijé con un disco ciertas zonas de la madera, de forma bastante irregular. Y después de la segunda capa, pasé a mano un papel de lija muy fino para eliminar los brillos.

- ¡Qué buena idea! ¿Y cómo se te ocurrió? ¿No decías que no tenías ni idea de trabajar madera?

- Pues por eso precisamente. Los chorretones del protector que resbalaban al otro lado de la madera dejaban unas marcas imposibles de eliminar sin aplicar una lijadora; y la lijadora arramplaba con una buena capa del protector y volvía todo el acabado irregular. Más tarde me acordé de que había visto esta técnica en un bricomanía, pero ¿no sabías que la mayoría de los descubrimientos del hombre se deben a sus propios errores?

- Oye, Axil, otra pregunta ¿cómo lograste ese acabado tan rústico en el borde del asiento?

- Pues por el mismo método: no tener ni puñetera idea de lo que estaba haciendo. Intenté darle un acabado redondeado en el que no se clavaran los muslos; y para ello empleé la lijadora de bandas. Pero, acostumbrado a emplearla sobre metal, no me di cuenta de hasta qué punto mordería sobre el pino; ni de lo extremadamente irregular que quedaría el biselado. Y oye, lo cierto es que me gustó, así que seguí haciéndolo a propósito.

- Vale, pues lo cierto es que no te ha quedado del todo mal. Pero una cosita ¿cuántos vais a Ciutadilla? Porque en ese banco, cabréis dos o tres personas a lo sumo ¿no?

- Créeme si te digo que soy perfectamente consciente de ello, y estoy trabajando en solucionarlo.


- Otra cosa, Axil...

- ¿Sí, pesao?

- Es que yo no termino de coscarme de cómo va todo esto del banco, ni tengo sitio, ni herramientas. Y en el título ponía que cualquiera podía hacerse un banco medieval ¿no?

- Vale, de acuerdo. En estos tiempos en los que los periódicos regalan películas, los supermercados regalan una tercera caja de galletas, y los bancos te regalan un mp3 en lugar de darte un tipo de interés digno... ¡El Blindado Personal te regala un auténtico recortable!

Venga, va... a lo mejor no es la cosa más precisa del mundo. Puede que, más que una miniatura a escala, sea una miniatura a muchas y divergentes escalas. ¡Pero, de una forma un tanto retorcida, hasta resulta, oiga usté!


martes, marzo 24, 2009

El Wikiarmero

Aunque la mayoría de los habituales de este blog lo conocen por haberse mencionado bastante en los comentarios, ya es hora de dedicar una entrada a esa magna obra colaborativa llamada Wikiarmero.

- Oiga ¿y ezo qué e lo que e?

Pues, por resumirlo, es una especie de wikipedia (salvando las distancias interestelares que separan ambas páginas) pero centrada en el arte del armadureo y el bricolage recreacionista.

- Ya. ¿Y lo de wiki de dónde viene? ¿Es porque suena gracioso, o qué?

Pues lo de wiki, aunque ahora se emplee para designar páginas colaborativas en las que cualquiera puede editar el contenido, en realidad se refiere a un estándar de codificación de la página. Algo así como el html, pero muy simple e intuitivo para que todo el mundo pueda editarlo sin problemas. Es precisamente el "wiki" que está detrás lo que hace que todas las páginas de la wikipedia tengan el mismo aspecto.

- ¿Y de dónde ha salido el Wikiarmero ese?

Había una vez, hace mucho, mucho tiempo; en una web muy, muy lejana, un bloguero que respondía al nombre de Goran. Este bloguero, que era valiente y no dudaba en exponerse a los mayores peligros, se atrevió a comentar en público que era una lástima tener tantos datos sobre armadureo dispersos por montones de blogs y páginas sueltas, y que sería una buena idea unificarlos todos en una especie de "wikiarmero".

Nuestro atolondrado héroe no parecía consciente del riesgo al que se exponía. Pronto lo descubrió, ya que fue inmediatamente respondido con multitud de comentarios, todos ellos en la línea de "¡Qué idea tan fantástica; vete empezando, y cuando tengas algo que funcione, avisa para que entremos!".

Pero ya hemos dicho que nuestro fiero bloguero era valiente, y en lugar de amilanarse y escapar, asumió el reto con orgullo y entereza. Y acompañado por su fiel escudero Franco, se lanzó a la batalla web sin pensárselo dos veces.

-¡Alaaaa! ¿Y qué pasó?

Pues veréis, queridos niños, tal como había dicho, nuestro valeroso campeón preparó un primer esqueleto del Wikiarmero, y ahora... ahora nos ha avisado a todos para que entremos, y seamos como él de valientes.

-¡Ooooohhhhhh!

Así que ¡el Wikiarmero está en marcha!

http://www.wikiarmero.site90.com

(Ya estás tardando en agregar esa dirección a tus marcadores, favoritos, o como quiera que se llamen en tu navegador)

Ahora mismo, no es más que una base de wiki con media docena de artículos. ¿Que te parece poco? ¡Pues claro que es poco! ¡Por eso tienes que arrimar el hombro desde ya mismo, y ponerte a colaborar!

-Y yo ¿cómo voy a colaborar? ¡Si no soy para nada un experto en armadureo!

Eso es lo bonito del asunto. Todo el mundo tiene cosas que aportar: ese detalle que no está en un artículo concreto y que se puede añadir; esa recopilación de datos de otra fuente (como este blog y sus comentarios) para redactar un artículo nuevo; ese artículo que nadie ha empezado a redactar y del que se puede hacer aunque sea un esquema... ¡Aunque sólo sea dar un formato decente a un artículo desorganizado que ha escrito otro!

¡OJO! ¡Mucho cuidado con los materiales protegidos! ¡Nada de poner materiales protegidos por copyright, ni de copiar y pegar texto de una web sin pedir permiso y sin mencionar el origen!

Si ves la parte de abajo del wikiarmero, o de este mismo blog, verás que en ambos se utiliza una licencia Creative Commons muy similar. Por favor, no seamos niños, y respetemos los términos que cada cual impone sobre su trabajo. (Por cierto, aunque esté implícito en las licencias, desde ya doy mi permiso para que todo el material propio de este blog sea utilizado libremente en el Wikiarmero, aunque consideraré un detalle de buena educación citar la fuente)

- Ya pero... yo es que no sé cómo se hace eso del wiki.

Bueno, en realidad es bastante sencillo, y la página que aloja el wikiarmero proporciona un editor que simplifica bastante las cosas.

Es una pena que no funcione.

Vale, la cosa aún no está fina, fina, fina. El servidor hace cosas raras, da errores extraños, y hay numerosas funcionalidades que no parece que terminen de chutar. Pero estamos Goran está trabajando en ello.

Lo importante es que ya es lo bastante manejable como para ir añadiendo y completando artículos. Y si yo, que ya desde el principio manifesté mi más absoluta falta de intención de esforzarme en pegarme con los tecnicismos del wiki, he sido capaz de crear un par de artículos... entonces cualquiera puede.

Empezar con el Wikiarmero es muy sencillo. Lo primero que tienes que hacer es registrarte (para eso hay un enlace arriba a la derecha)

Una vez seas un usuario registrado, ya puedes editar y crear artículos.

En la misma portada del wikiarmero encontrarás las últimas novedades, enlaces a la ayuda, un microformulario para crear una página nueva... Aún hay mucho que refinar, pero es un punto de inicio.

Como sois todos una panda de vagos, os voy a dar una mini guía sobre cómo empezar con este invento. Un buen principio es editar un artículo que ya exista. Como editar una sección en concreto es algo que no parece que termine de funcionar, es posible que tengas que editar toda la página, con una pestaña que hay arriba


Aquí se abre una pantalla escrita directamente en formato wiki. Tienes una serie de botones que te ayudan a dar los formatos básicos.



y además, en el texto, puedes ver los guiones y caracteres especiales del wiki.

- Esteeee... ¿lo qué?

Es muy fácil. En el gráfico de arriba ¿ves los símbolos "==" alrededor de la palabra "Etimologías confusas"?

- Sí. ¿De qué va eso?

Pues eso, por ejemplo, significa que es un titular de nivel 2.

- ¿Ein?

Que luego queda así:


Si abres dos ventanas, una con la edición, y otra con la página normal, podrás ver la equivalencia y el significado de los diferentes metacaracteres. Los principales, los puedes encontrar entre los botones que te enseñaba antes. Ese titular, por ejemplo, lo consigues también seleccionando el texto y pulsando el botón de la "A" grandota (el quinto por la izquierda)

¡Y hasta puedes poner imágenes con el botón "subir archivo"! (Eso sí: controla muy mucho el tamaño de las imágenes que subas, que el almacenamiento del wikiarmero es extremadamente limitado. Es mejor que pongas imágenes mínimas y, si es necesario, enlaces a páginas externas.



Un buen método para manejar formatos es basarte en la página que estés editando (o en otra que esté completa, sea del Wikiarmero o de la Wikipedia) para ir replicando poco a poco el formato que buscas.

Esto también puede ayudar a crear un nuevo artículo, basándote en uno ya creado y con un formato bien hecho. Sin más que copiar el contenido de un artículo en modo "edición" y pegarlo en modo "edición" en la nueva página, lo habrás duplicado. Y ya sólo tienes que adaptar el contenido.

Para empezar un nuevo artículo, puedes usar el pequeño formulario de la portada, o escribir en tu navegador:

http://www.wikiarmero.site90.com/mediawiki/index.php/NOMBREDELARTICULONUEVO

Hay una forma particularmente elegante y satisfactoria de escribir un nuevo artículo: encontrártelo por escribir como un enlace interno.

Pongamos que estoy escribiendo un artículo sobre cómo hacer una vaina de espada, y digo que una forma de decorarla es el repujar el cuero. Como repujar es una técnica que me parece que sería interesante que tuviera su propio artículo en el Wikiarmero, lo marcaría como enlace interno. Para hacerlo, seleccionaría la palabra "repujar" y pulsaría el icono de "enlace interno" (el tercero por la izquierda) O, lo que es lo mismo, rodearía la palabra de dobles corchetes: "Una posible forma de decorar la vaina sería [[repujar]] el cuero con motivos de..."

Si ya existiera un artículo llamado "repujar", se crearía un enlace al mismo. Si no, cuando alguien pulse el enlace se encontrará esto:

Bonita página para la creación de un artículo nuevo: ¡A currar!

- Y entonces ¿ya puedo ponerme a toquetear sin más?

Hombre, hay que seguir algunas normas básicas de educación. Por ejemplo, antes de editar un artículo, a menos que estés muy seguro del cambio, es mejor que revises el apartado "Discusión"


y, si no estás 100% seguro de lo que quieres modificar, y no se comenta en ese apartado, deberías incluir ahí tus sugerencias, o hacer constar por qué has introducido los cambios que hayas hecho.

Yo, por ejemplo, como soy un cerebro privilegiado y tengo unos conocimientos enciclopédicos sobre todos y cada uno de los más ínfimos aspectos de esto del armadureo, puedo editar lo que me dé la gana, y dejar en la discusión el comentario "He editado esto porque estoy en posesión de la única verdad, y el que escribió el artículo original era un manta indocumentado". Los mortales, es mejor que mantengáis una cierta cortesía, algo del tipo "Creo que sería mejor indicar que esto es asao", o, los más atrevidos, del tipo "He modificado tal punto con información adicional".

A la hora de escribir esta entrada, aún hay mucho trabajo de fondo pendiente. La ayuda necesita un repaso, y los fallos del servidor tienen mucho curro de investigación (y burocracia) por delante.

Pero ya puedes empezar a colaborar. ¡La comunidad armadurística te necesita! Edita, añade, matiza, discute, completa, formatea, organiza... lo que sea, pero echa una mano.

Y recuerda: en el Wikiarmero todos somos iguales. Pero el primus inter pares es Goran, y él tiene la autoridad y la última palabra. Él es el jefe. El boss. El número uno. Il capo di tutti i capi. Su palabra es la ley en el Wikiarmero, así que hacedle caso, y a respetar todo lo que ponga; y atentos a lo que haya en la portada, por si hay algún aviso relevante.

Y por cierto, voy a añadir un banner aquí a la derecha, y animo a todos los blogueros a incluirlo en sus páginas:

jueves, marzo 12, 2009

Los guanteletes (7): Tecnología digital en el SXIV.

Esto de los guanteletes se está empezando a eternizar; menos mal que la cosa va tomando forma. Forma de dedos, para ser exactos.

Para los dedos de este tipo de guanteletes se utilizan articulaciones flotantes.

¿Cómo que no sabes lo que es eso? ¡Ya te vale, que lo he contado un montón de veces! Articulación flotante es cuando las placas metálicas no van unidas directamente entre sí, sino que van sujetas por tiras de cuero flexible que las unen.

Ojo: a la hora de montarlo, mejor empezar con cuero de sobra, que si te quedas corto luego tiene mal arreglo. Hay que empezar por remachar las piezas de las falanges.

¿A qué distancia colocar unas de otras? Pues a la suficiente para que los dedos vayan a doblar bien quedando en su sitio las placas.

Eso sí, asegúrate de dejar espacio suficiente para poder remachar luego entre ellas las piezas de los nudillos.


Y así, dedo tras dedo, tras dedo, tras dedo, tras dedo, vas preparando todas las tiras. ¿No os parece que los humanos tenemos demasiados dedos?


Para los dedos de los guanteletes, vamos a emplear remaches invisibles.

¿Que tampoco te acuerdas? ¡Pero si lo contaba en la misma entrada que he enlazado antes! Básicamente, usaremos remaches planos cuya punta dejaremos aplastada a ras de la superficie externa.

Y como no hay forma de encontrar remaches planos, cortaremos clavos. Puedes cortarlos tal cual, según asoman de la chapa, y darles de martillazos. Pero Dark contó un truquito que no me pude resistir a probar: preparar los remaches antes y normalizar sus puntas para ablandarlas.


Y lo cierto es que la cosa se nota bastante. No es que sea plastilina (el hierro no deja de ser hierro) pero resulta mucho más fácil de trabajar.

Como base para colocar estos remaches, se puede utilizar una estaca fina y redondeada.





Sí, ya sé que el señor Brian Price recomienda que uno de estos remaches, y otro en la pieza de la puntera, se dejen sin poner al principio. Luego los pondrás atravesando todo el guante y sujetando bien la pieza. A mi personalmente, me daba cierto yuyu por mis manitass lo de acabar dejándome las uñas en las cabezas de los remaches, así que voy a emplear métodos más simples, de los empleados en los guanteletes más habituales que se venden comercialmente.

Una vez has acabado con todas las piezas de las falanges, puedes empezar con las puntas de los dedos y con los nudillos. Aquí es donde uno descubre que los ha hecho bastante mal: debería haber tenido más en cuenta seguir la curva de las piezas de las falanges en los nudillos y punteras, para que las placas encajaran por completo entre sí con el dedo estirado, y no dejaran los dedos crispados como garras.


Pero que no cunda el pánico: nada que no se arregle más tarde prensando un poco el invento para que el cuero se dé de sí.


Así que sólo queda cortar las tiras de cuero con un cutter, justo a ras del metal (cuidado, que haciendo esto es muy fácil cortarse) Una pasadita con un matacantos también puede ayudar a darle un buen acabado.


Vaya ¿y por qué habré dejado esas solapas tan monas sobresaliendo por la puntera de los dedos? Bueno, eso tendrá que esperar al próximo capítulo.

Por cierto, lo que asoma por arriba a la derecha es un bote de aceite de pata de buey, persistentemente recomendado por Harald y por el maestro Lupercio. No tengo ni idea de cómo se portará en cuanto impermeabilización y protección del cuero; pero he hecho un par de pruebas, y en cuanto a dejarlo más fléxible es prácticamente mágico. A un trozo de vaqueta mojado y repujado le aplicas una ínfima capita de esto, y queda mucho más suave y flexible que la pieza original.

lunes, marzo 02, 2009

Crónicas de Lucas, el escudero: el día después.

Todo el mundo está encantado con las épicas crónicas de esos caballeros que van a las batallas, como mi señor Axil, o don Enrique de Çaragoça. Pero luego a nadie le interesa lo que tenemos que decir los pobres escuderos como yo.

Yo soy Lucas, el escudero; y soy el que sufre las consecuencias y el que tiene que arreglar todo lo que se rompe o hay que ajustar después de las batallitas de las narices.

Porque claro, los señoritos van por ahí, muy gallardos con su brillante armadura. Pero ¿por qué está tan brillante la armadurita, eh? ¡Pues porque servidor se ha tenido que pasar unas cuantas horas frota que te frota! Y no se crean vuestras mercedes que luego tienen un mínimo de cuidado con ello. ¡Quia! Los señoritos se ponen a romperse las cosas a golpes y maltratar toda la impedimenta sin la más mínima consideración; y al final acaban con todo el equipo hecho unos zorros. ¡Como que ahí está el bueno de Lucas para arreglarlo luego todo!

Hoy les voy a contar a vuestras mercedes lo que he tenido que hacer para mi señor Axil después de que volviera de batallar por tierras de Aragón. ¡Qué ya está bien, irse a Aragón de batallitas, como si no tuviera otra cosa que hacer!

Y es que mi señor Axil será todo lo que haga falta, pero luego llega, y por ejemplo se deja los cascos en el suelo de una tienda toda la noche, sin que le importe una higa que haga un frío de narices y toda la humedad vaya a condensar encima del hierro. Y el que tiene que frotar y aceitar hasta eliminar el óxido es un servidor, por supuesto. Y mi señor se va a tener que fastidiar, pero su yelmo pulido a espejo lo va a volver a dejar en ese estado Rita la trovadora; la próxima vez que lo oxide le pienso meter estropajo y se acabó el espejito.


Y es que además los caballeros van a las batallas como si fueran condesitas en la corte. Que no están a lo que tienen que estar, y no hacen más que fijarse en lo que llevan puesto los demás; y de vuelta a casa, la historia de siempre: que si "Lucas, arréglame la sobrevesta, que esta temporada se lleva el talle más alto", o que si "Lucas, a ver qué me puedes hacer con la vaina de la espada, que ya no está de moda este tipo de costura".

Y cuando llega mi señora G. y se compra un cuerno para beber, a mi señor Axil le faltó tiempo para decirme que le hiciera un soporte para el cinturón. Y mira que ya había hecho dos: pues no, el señor vio los soportes que vendía Fernando, y se le encaprichó uno igual.

Y fíjense ustedes, que seguro que mi señor se piensa que don Fernando le va a estar agradecido por hacerle tanta publicidad gratuita; pero escúchenme vuestras mercedes, que cualquier día de estos va a tener un disgusto con él por explicar a la gente cómo fabricarse uno mismo las cosas que él vende.

Aunque vamos, tampoco es algo tan complicado. Básicamente, una tira de cuero sacada de un retal suelto y con un repujado simplote...


...una trabilla sencilla, pero resultona (que mi señora G. es muy suya, y no se conforma con cualquier cosita...)


...y con un poco de betún de Judea y un par de remaches se termina el trabajito.

Que mi señora G. da casi más trabajo que el señor. Que al señor hay que limpiarle y engrasarle los zapatos después de las batallitas, pero a la señora aún la estoy oyendo: "Lucas, anda, a ver si puedes fijarme bien las plantillas de los zapatos, que se mueven y he estado caminando incómoda por todo Teruel". Y ahí que ven vuestras mercedes al bueno de Lucas, dale que te pego a la cola de contacto.


Pero vamos, que el señor Axil tampoco se queda atrás. Como con la cota, por ejemplo.

La última vez, el señor consiguió reventar la cota por el cuello, y perder varias anillas. ¿Y quién tuvo que dedicarse a agrandar el cuello por detrás para que no volviera a pasar? Pues claro, el bueno de Lucas.

¿Y qué pasó? Pues lo que tenía que pasar. Que ahora el señor se queja de que el cuello está demasiado ancho y le parece que se le va a salir la cota por los hombros. ¿Y a quién le toca estrechar un poco el cuello eliminando algunas expansiones de las que había hecho antes? Pues otra vez a Lucas, claro.


¡Y ojalá hubiera sido sólo eso! Porque lo complicado ha sido el famoso almófar. Que vale que mi señor Axil llevaba meses echando pestes de los ganchitos para sujetar el barbuquejo; pero que digo yo que podía haberlo dejado correr. Pues no, el señor se ha empeñado en cambiar el sistema de cierre.

Y fíjense vuestras mercedes que otro caballero, el Sr. Polo, le pasó a mi señor Axil el esquema de cómo hacer un cierre estupendo para el almófar (esquema que, por cierto, de nuevo proviene de Fernando Abad) Una cosa efectiva, histórica, y fácil de hacer.


¿Y que hizo mi señor Axil al respecto? Pues pasar completamente. Que si es demasiado SXIII, que si con esto voy a seguir comiendo hierro... total, que mi señor Axil se empeñó en una cosa mucho más complicada, que incluía cuero, relleno acolchado, coser un montón... qué se yo. Y todo, por culpa de los famosos baberitos cuadrados de los manuscritos, como si alguien tuviera claro lo que eran en realidad.

Así que ¡ahí está otra vez el pobre Lucas, liado con el cuero, la guata, las agujas...!

¡Y venga a coser y a coser! Que mira que no es más que coser el cuero de parte a parte sujetando el relleno, y luego coser los bordes hacia fuera enganchando anillas, ¡pero que da trabajo!


Una tira de cuero pasando por las anillas del borde superior del barbuquejo sirve para sujetarlo cerrado; y otra tira, entretejida en las anillas de la cabeza, permite ajustar bien el cuello del almófar para que quede bien sujeto y no se mueva en plena batalla. ¡Miren qué protegido que va mi señor Axil! ¡Y además, bien guapico que está, que así no se le ve la cara y eso siempre le favorece!

Y es que, mis señores, el trabajo de un humilde escudero nunca se acaba. ¡Menos mal que, al menos, su humilde servidor tiene la esperanza de disfrutar de los estrenos cinematográficos que se avecinan! Ya sean las últimas superproducciones extranjeras:

Fanitheart Official Full Trailer


O los más modestos productos nacionales, que aún con pocos medios, prometen ser de lo más interesantes.