miércoles, septiembre 03, 2014

¿Dedos destrozados? ¡No! La manopla de guarnicionero.

En breve publicaré por aquí un trabajo que estoy empezando, y para el que voy a tener que coser una buena cantidad de cuero grueso.

Y cualquiera que haya tenido que coser bastante cuero grueso sabe lo que eso significa.

Dolor. Mucho dolor.

Porque el puñetero cuero, por mucho que lo hayas taladrado antes con una lezna, ofrece bastante resistencia a ser atravesado por la aguja. Te cuesta empujar la aguja, y te cuesta sacarla; y cuatro o cinco centenares de puntadas más tarde, las manos empiezan a resentirse.

Lo de tirar de la aguja se resuelve enseguida: el guarnicionero prevenido siempre tiene a mano un alicatito para tirar de esas agujas atascadas y enseñar quién manda a esas puntadas renuentes. Pero empujar la aguja para que entre ya es otra historia. Una historia dolorosa, llena de ampollas y heridas en la piel que empuja la aguja.

¿Un dedal? No, eso no funciona bien. Con la punta de un dedo no haces suficiente fuerza. Por no mencionar que, por algún oscuro y machista motivo, los dedales sólo se fabrican en tamaños adecuados para abuelas escuchimizadas con dedos raquíticos; así que un tío de metro ochenta lo lleva chungo para encontar un dedal que le entre incluso en el meñique.

Hay que dejarse de tonterías. Si tienes que hacer fuerza empujando la aguja, asegúrate de que puedes hacer mucha fuerza. Y es aquí donde, hace ya uno o dos años, alguien (me temo que no recuerdo quién) me pasó un enlace a esto:


¿Y qué es ese extraño cacharrejo? En alguna parte lo he visto denominado como "manopla de guarnicionero", y consiste básicamente en una tira que se ajusta a la mano y permite fijar una superficie dura con la que empujar las agujas.

Está claro, ahora mismo encargo una... espera... Esto no parece que tenga mucho misterio ¿no? Casi que va a ser más fácil (y barato) fabricármela.

Así que háganse unas piezas de cuero de, más o menos, esta forma:


La tira de cuero más larga va a rodear la mano. Para poder ajustarla se le podría poner un velcro, pero como esta tiene posibilidades de ser utilizada en un evento medieval, le haré un cierre en lengua de serpiente. (No, no tengo documentados estos cacharros en el medievo) Si hiciera otra, tal vez la hiciera un poco curva; según se ve en la foto, con los bordes curvados hacia abajo.


El pequeño brazo que sobresale va a envolver la base del pulgar, desde la palma hacia el dorso. No te pases cortándolo al principio, deja cuero de sobra y corta cuando tengas claro el ajuste y lo cosas.

La pieza más pequeña es en la que cerrará la lengua de serpiente. En realidad se podría hacer el cierre sobre la misma tira, pero es mejor dejarla como solapa y coser esta pieza encima. A menos, claro, que quieras que la manopla te depile traumáticamente el dorso de la mano.


 Con esto, ya tienes una manopla que puedes ponerte en la mano, y que te deja los dedos libres para manejar la aguja.



Ahora toca preparar la superficie que empujará la aguja. En realidad, con coser un trocito de cuero grueso podría ser más que suficiente, pero, como yo soy un puñetero exagerado, voy a preparar una chapa de metal con cuero grueso acolchándolo por debajo y un reborde de cuero para que la aguja no se descontrole si resbala sobre el metal.

El hierro es una mala idea, si no lo cuidas tiende a oxidarse de forma terminal, y el trasiego con las agujas haría inútil protegerlo con pintura. Así que aprovecharé un retal de latón que tenía por aquí de una de las pruebas fallidas de un trabajo anterior.


Mejor no cortar la pieza completamente redonda, que como luego falle el pegamento se va a poner a dar vueltas cuando hagas fuerza contra la aguja. Para evitar que la aguja resbale, marca toda la posible zona de contacto con un punzón o algo así. Yo usé un granete automático, pero con un clavo y un martillo tampoco vas a tardar mucho más.

Córtese. Límese.


 ¿He dicho ya que soy un poquito exagerado? Una pieza por debajo de la chapa, otra haciendo de marco de la chapa, y otra sujeténdola por encima y formando un reborde que detenga a las potenciales agujas resbaladizas.


Lo pegas todo junto con cola de contacto, rematas un poco los bordes para que no quede demasiado feo, y lo taladras para coserlo a la manopla. Si no tienes nada mejor que hacer que dejarte las manos en una lezna, puedes taladrarlo a mano, pero para taladrar casi un centímetro de cuero recomiendo encarecidamente usar un taladro y una broca fina.


Y ya sólo te queda coser esta pieza a la base de la manopla.


Uhmmmm... Esto me suena de algo.


5 comentarios:

oderon dijo...

creo que el enlace te lo pase yo jajajajajajajaja mola la entrada un abrazo y mu buen trabajo como siempre

Axil dijo...

Al César lo que es del César: sí, creo que fuiste tú, y seguramente fue el día que hablamos de los brazales. Thanks!

HoJu dijo...

Parece el repulsor de Iron Man... bueno, de Leather Man (que suena a nombre de sadomasoquista o algo) :p

gabriel dijo...

...eso en náutica lo llaman "rempujo" ( http://www.canalmar.com/diccionario/rempujo ) y desde luego parece una idea muy práctica para no tener que dar explicaciones acerca de unas extrañas lesiones en la mano.
Tiene una pinta muy buena, espero que te sea útil.

P.D. muy bueno tu blog.

Axil dijo...

¡Anda, qué curioso! "Rempujo". Mola.