miércoles, agosto 29, 2018

Patrella 2018: Haciendo la mili y nuevas generaciones.




Ya, ya lo sé... Que si sólo publico eventos que no interesan a nadie que no haya estado allí, que si siempre lo mismo, que si el viaje, que si llueve, que si blablabla...

Pues es lo que hay, que tampoco es como si fuera a tantos eventos. Y no, no nos ha llovido.

Cuando Guardianes del Castelar nos dijeron que iban a montar un evento alrededor de la conquista de Zaragoza y en el que, además, iban a celebrar el bautizo del heredero del señor de aquellas tierras, nos apuntamos enseguida, aprovechando además que iban a estar muchos amigos que hacía ya demasiado tiempo que no veíamos.

Veeenga, tengo que decir lo de siempre: sí, aproveché también para conocer, por fin, a viejos amigos (es lo que tiene Internet). En este caso, a Razzias Castilla. En nuestra amistad digital, Razzias me caía bien. Pero la cosa se selló cuando el sábado por la mañana me acerqué a él y le dije: "Razzias, pilla una lanza y vente a hacer el gilipollas", y él respondió "¡Voy!", mientras echaba mano a la lanza más cercana (y sus hijos le miraban con cara de incredulidad)


Había un monstruo de hierro a la entrada del pueblo que lo estaba pidiendo a gritos... Iñaki también se apuntó... ¿Cómo no combatir al transformer?

Y el evento estuvo muy bien, con muchas actividades de lo más destacable.

 Por ejemplo, había un taller de malla realmente estupendo, a cargo de unos malleros excepcionalmente atractivos

El campamento se montó en una explanada al lado del Ebro. Con suelo blandiiiito en el que se podían clavar piquetas sin requerir la ayuda de una retroexcavadora; así que aproveché para ir de sobrado y estrenar de una vez las piquetas antitanque que me fabriqué... jo, hace ya tres años.

Un campamento bastante digno (alrederor de 90 recreadores, nada menos)...

...y también molaba de noche.

Con el paso de los años, esto de los campamentos va mejorando más y más. Montones de tiendas históricas, muchas de ellas tan bien vestidas con mobiliario y decoración históricos que se pueden dejar abiertas de cara al público. Y qué decir del mobiliario y de la vajilla. Sobre todo, de la vajilla, que desde que Roland de Paul se ha metido a alfarero, estamos abandonando a toda pastilla los vasos de cuajada y poniéndonos al día con el ajuar histórico (y dándole todo nuestro dinero cada vez que le vemos y saca cosas para vender)


Roland, me debes un brasero para revenir anillas. Te estoy vigilando. Mientras tanto, Shut up and take my money!

El amigo Roland, por cierto, se curró una de las piezas más importantes para el bautismo del heredero del señor. Vamos, que no era plan de echar al pobre crío al Ebro; mucho mejor mantener las formas ¿no?


Pila bautismal digna de un museo. Uhmmm... dicen que la hizo Roland, pero ahora que lo pienso ¿habrá habido algún robo reciente?

El evento estuvo claramente marcado por los actos religiosos, tal y como corresponde a la época. Y, como estaban por allí mis amigos de Ad Ecclesia, se hicieron con tremendo rigor (y, por supuesto, en latín. ¿Qué os creéis?). Y mira que hubo varios.

El crío no dijo ni pío. Y no, no es un muñeco, es el hijo de Fran e Irene, del grupo organizador, que estaban con más cara de orgullo que si hubiera sido una ceremonia real y no una representación.


Bendición de las tropas en una ermita cercana. Fue una lástima que se atascara la campana y los milites, demostrando nuestra sólida seriedad recreadora, acabáramos coreando "¡tolón, tolón!" ante los infructuosos intentos de hacerla sonar. Por cierto, aquí más o menos es donde noté el primer picotazo de un bicho que luego se estuvo alimentando opíparamente por toda mi pierna. Nota mental: no marchar por el monte con alpargatas y sin calzas. Podéis llamarme "Lindo Pulgoso".


Lo que nos lleva al tema militar, que estuvo más que sobresaliente. A destacar ¡por fin! la abundancia de lanzas (¿qué es eso de que un peón de la leva lleve espada?) Y además debe ser porque vamos aprendiendo, porque a mí al menos no me lo pidieron expresamente, pero allí estábamos todos meneando la moharra.

Otra cosa que me gustó es que no hubo algarada, que, para qué nos vamos a engañar, para un público acostumbrado a las pelis hollywoodienses queda casi siempre de vergüenza ajena. A cambio, hubo una instrucción militar que salió de lo más resultona y creíble (que la llevara un profesional del tema ayuda, por cierto). Vamos, quedó tan creíble que, al final, en la ya clásica carga contra el público, las caras de susto fueron absolutamente auténticas, mucho más que las medias sonrisas habituales después de vernos hacer el "arriba-abajo" con espadas. (Una niña salió llorando, pero no sabemos seguro si fue por la carga o porque vió acercársele a Kruelus poniendo cara de malo, que eso siempre acojona un poquito)


¿Acaso tenéis algo mejor que hacer que marchar por la plaza arriba y abajo toda la tarde?

Trebuchet disparando globos de agua contra los milites. Y diréis ¿qué tiene eso de especial? Pues oye, que ningún globo acabó contra mi tienda. Por fin. Ni uno solo. Por lo demás, la puntería como siempre. Sí, así de mal.


¿Qué me estoy dejando en el tintero? ¡Puffff, hubo infinidad de cosas! Como resumen rápido...

Postulante a ser nombrado caballero, postrado para velar sus armas toda la noche. O eso, o buscando su lentilla perdida, nunca lo sabremos. En todo caso, la escena fue tremenda. Ya os he dicho que los Ad Ecclesia se lo curraron ¿no? (En todas las puñeteras fotos de esto salgo yo de guardia, pero en serio que sólo pasaba por allí y no estuve ni medio minuto)

Postulante, recibiendo por fin las armas de caballero y, por supuesto, las espuelas. Sí, las fotos de la investidura con la espada hubieran sido más épicas, pero es que el coche que salía de fondo en las fotos cantaba un poco.

Una muela de mano, y haciendo harina de trigo en directo con los visitantes. Vamos a ver, esto debería estar en todos y cada uno de los eventos de recreación; y es la primera vez que veo una. Estas cosicas dan nivel.

Hacer cordones de trenzas de dedos es relajante y satisfactorio. Enseñar a alguien a hacerlas y publicar fotos de sus caras de concentración cuando están empezando a entenderlo es aún mejor.

Y con esto damos por terminada esta entrad...

- ¡Ejem!

- ¿Sí?

- Que le ha quedado como que muy formal. ¿No hay alguna chorradilla?

¡Ah, vale, se me olvidaba! Bueno, para empezar, y siguiendo la afamada tradición de "recreadores de velada montando cachondeíto", puedo poneros un fragmento de una canción del guiñol que... bueno, at your own risk, pero aviso de que es extremadamente pegadiza (y casi mata de la risa a Ximén Cornel, por cierto)

Me reservaré la dilatada colección de vídeos y canciones con temáticas menos para todos los públicos. Sólo te diré que, a lo mejor, no deberías recrear a un templario durante una temporada.

- ¿Y eso es todo? ¡Pero si estas cosas las hacen siempre!

Taaaaaa güeeeeno... Vale, lo confieso, hay una nueva "Producción Blindada". Porque hay que desmitificar esas chorradas de que con armadura uno no puede ni moverse, que si se cae ya no se puede levantar, que si vas lento y torpe... Bueno, pues eso es mentira. Sobre todo si estás en forma. Bueno, o si eres Santi, que no es que esté en forma, sino que se cayó por el otro lado y parece que se ha tomado la poción mágica de Asterix, el jodío. Así que...


Nada de cotas de aluminio. Estos chicos llevan fierros.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente, excelente. Luego.en casa veo los vídeos con la wifi.

Y un lujo ser citado. Gracias por volver a publicar y recrear o dejarte ver!!!

Razzias dijo...

Habla de mi en el blogger!
Esto es como alcanzar el cielo.
Gracias por la crónica Axil.

dani dijo...

Pues supongo que las espadas molan más y además ocupan menos sitio, lo que para llevar las cosas de un lado a otro se nota.
En mi grupo, que recreamos 1521, las alabardas las hemos comprado desmontables, pero las picas (que no llegan a picas tercias) son enteras, y encones para moverlas nos las vemos y deseamos. Y para guardarlas tambien.

Axil dijo...

Sí, la logística moderna de las lanzas es complicada (y de las enoooooormes picas de los tercios tiene que ser la bomba) pero lo cierto es que era un arma mucho más habitual que las carísimas espadas; y ha molado verlas tan bien representadas. Hace unos años, en recreaciones del XII-XIII, raro era ver un par de ellas.