Juguetitos en cuero: repujando repetidamente retales recortados de los restos de la reciente remesa
Es curioso lo que puedes encontrar en google buscando "juguetitos cuero". Si has llegado hasta aquí buscando implementos sado-maso, me temo que te has equivocado de página. A menos, claro, que tengas un interés muy concreto por el lado más artesano de tu fetichismo, o que estés claramente especializado en el armadura-bondage.
El caso es que, después de acabar los brazales, uno se queda con dos inquietudes:
- Averiguar cómo llevar los brazales un buen rato sin lacerarse brutalmente el antebrazo
- Profundizar un poco más en las técnicas de repujado
Para mejorar en el repujado, escuché atentamente a la gente que sabía más que yo del asunto (que debe ser como media humanidad, y algún que otro mamífero superior)
No sé de dónde saqué este tutorial. El amigo Rusmon tuvo el detallazo de pasarme este otro tutorial. Es extremadamente útil leerlo antes de ir a por tus primeras herramientas y de ponerte manos a la obra con tu primer trabajo (evidentemente, yo no lo descubrí hasta después)
Y sé que alguien más me sugirió técnicas de repujado, incluyendo algunos comentarios sobre el uso de plastilina que explicaré más tarde, pero parece que, o bien lo he soñado, o es un problema con mi memoria de pez, o finalmente estoy delirando. Por favor, si el amable colaborador está leyendo esto, que se manifieste.
El caso es que, armado de entusiasmo, de mis nuevos conocimientos, y de mi juego de buriles, me lancé a hacer un fantástico...
¿...y qué hago yo ahora?
No, en serio piénsalo. Quieres practicar el repujado de cuero a pequeña escala, más que nada porque estás experimentando. ¿Qué harías? ¿Una cartera con tus iniciales? ¡Anda ya!
Afortunadamente, una repentina inspiración vino a salvarme de mi vacío creativo ¡G colabora con un grupo de montaña del cole donde trabaja!
El lector medio se preguntará qué tendrá que ver la velocidad con el tocino. Explicaré para el profano, que los grupos scout y grupos de montaña en general tienen un espíritu propio muy especial, compuesto de dos elementos contrapuestos, como el yin y el yan. Las proporciones varían, no es lo mismo el campamento que organiza un sindicato que las salidas del MSC, pero, básicamente, un grupo de montaña combina:
- una parte de espíritu hippy amante de la naturaleza, los trapos raídos, el no matar a esa pobrecita avispa que se acaba de meter en tu tienda y, por supuesto, los complementos hechos en cuero.
- y otra parte que sólo puedo describir como paramilitar, con esa tendencia a los uniformes, a los ritos marciales, y como no, a los escudos.
Existe otra parte que nunca he comprendido, y que por algún motivo les lleva a hacer lamentables cuadros de fieltro y a colgar nudos de las paredes, pero esa faceta suya no viene al caso.
Así que escudos y cuero... ¡Ya lo tenía! ¡Un escudo del grupo tenía el nivel de detalle correcto para practicar, y seguro que hasta le hacía ilusión a G!
La técnica para este escudo es exactamente la misma que para los brazales, así que no me extenderé más al respecto. Incluso empleé un trozo del mismo cuero durísimo. Lo cierto es que no sé si a esto se le llamaría propiamente repujado, o si sería más bien grabado. ¿Albertts, me aclaras este punto si sigues por aquí?
La única variación importante en este trabajo está en las diferentes formas de oscurecer el cuero con betún de judea. Las partes más oscuras las punceé antes con un buril medio afilado mientras el cuero aún estaba húmedo, para que pillaran mejor el betún.
Y las partes más claras, las rasqué suavemente con el borde de un buril de espátula para eliminar bastante betún, además de usar alcohol con un bastoncillo de algodón para aclararlas más y con precisión.
Pero este trabajo no fue del todo satisfactorio: yo quería más volumen. (Ahórrate los comentarios sobre "prueba con el nuevo champú no-sé-cuantos")
Así que preparé un trozo de cuero más blandito, al que darle volumen en serio.
¿Y cómo se le da volumen al cuero? Pues es fácil: hay que trabajarlo desde atrás, empujándolo con los buriles, y luego perfilarlo bien por delante.
Pero claro, si lo empujas desde atrás contra una mesa sólida, poco relieve le vas a dar. Te hace falta una superficie blanda y deformable. Que conserve la forma que le das y que no ofrezca resistencia. Y que sea fácil de conseguir y preparar. Te hace falta una superficie de plastilina.
Se pilla un ladrillo de plastilina lo suficientemente hermoso como para hacer una capa de un centímetro de espesor y del tamaño de la pieza a tratar. Aquí, de nuevo, que tu chica sea maestra de infantil viene bien: no tienes más que esperar a una de sus periódicas visitas a las tiendas de juguetes educativos al por mayor y hacerle un encargo extra.
Lo primero que tienes que hacer es extender la plastilina de forma que quede una superficie uniforme (usa un papel o una cartulina debajo, o mancharás la mesa) Para eso, yo empleé el rodillo de amasar de la cocina, y quedó bastante bien, aunque despierta en mi una inquietante pregunta:
¿Como narices ha ido a parar un rodillo de amasar a un cajón de mi cocina, si no hemos amasado nada en la vida? ¿Lo hemos comprado alguna vez? ¿Tal vez estaba ya en mi antigua casa? ¿Uno de esos regalos de cumpleaños absurdos tan habituales en mi círculo de amigotes? ¿Acaso G se está dejando llevar por los estereotipos, y me esperará armada con él si una noche me presento a las tantas y oliendo a perfume y alcohol?
Mientras amasaba la plastilina con el rodillo, actividad que tiene un no sé qué de extremadamente satisfactorio, me planteaba qué demonios iba a repujar esta vez. Y, mientras mis pensamientos vagaban entre esa pregunta y el misterioso origen del rodillo ¡se produjo una nueva inspiración! ¡Los regalos estúpidos de cumpleaños!
Porque el amigo Botax celebraba en breve su cumpleaños, y además había tenido el atrevimiento de pedirme públicamente, en este mismo blog, un mono completo de cuero con su nombre en la espalda.
Tras ponerme en contacto con los principales gremios de ganaderos del país, fui informado de que la cantidad de cuero necesaria para hacerle un mono a Botax pondría en peligro de extinción a la vaca común, acabaría definitivamente con las tudancas, y probablemente causaría revueltas entre los indúes por el sacrificio masivo de sus animales sagrados.
Así que decidí hacerle un discreto parchecito, que pudiera poner donde quisiera. Eso sí, el motivo tenía que ser lo bastante vergonzante como para que hasta a Botax le diera cierto corte llevarlo puesto. ¡Ya está! Así que su nombre, ¿no?
Porque Botax tiene un oscuro pasado como dibujante de comics, y, rebuscando entre el montón de comics viejos, aparecieron unos cuantos dibujados por él.
Y en un polvoriento ejemplar del "Bajo cero" encontré justo lo que buscaba: el gordezuelo y sorprendido punkito de aquí al lado.
Pero no, jamás me atrevería a intentar repujar un dibujo con el nivel de detalle de una cara, estoy seguro de que quedaría un churro importante.
Decidí restringirme a las botas del dibujo, que son además "el nombre" de Botax. Así que, ni corto ni perezoso, me puse manos a la obra. Un rato de escaneo, un par de pruebas hasta dar con el tamaño adecuado, y a por ello.
Me costó un poco marcar el dibujo por ambos lados del cuero, para tener claro qué empujar y por dónde perfilar, pero al final lo conseguí.
Petición de ayuda: No me termina de convencer lo de tener que pasar el dibujo por ambas partes del cuero, es complicado que coincida exactamente. Si alguien sabe cómo hacerlo de otra forma, que me lo cuente, please.
Y a empujar el dibujo, con el cuero bien mojado, sobre la superficie de plastilina.
Es un tanto sorprendente levantar el cuero, una vez terminado, y ver cómo el dibujo ha pasado perfectamente a la plastilina de detrás.
En la foto podéis ver tanto el parche terminado como la plastilina utilizada. Como podréis apreciar, también estuve jugando con el betún de judea y el alcohol, además de hacerle una costura decorativa recorriendo todo el borde.
Por cierto, al ser cuero bastante más blando, si lo agarras por la parte en relieve es fácil aplastarlo. Para darle un poco de rigidez, lo encolé por la parte de atrás con cola blanca, aunque lo hice cuando el cuero ya estaba seco, y no penetró bien. Para otra vez, la emplearé mezclada con agua y seguro que queda mejor.
Ya sólo quedaba entregársela al cumpleañero, confiando en que fuera suficientemente humillante. ¡Y ya te digo si lo fue!
La cara de Botax diciendo !Hala, como mola! mientras lo sostenía al revés fue bastante curiosa. ¡Pero lo mejor es que su chica parece dispuesta a cosérselo en algo! Eso puede estar gracioso...