Los guanteletes (3): Marcando nudillos y retorciendo falanges. ¿Dónde habré dejado los electrodos y el trozo de manguera?
Habíamos dejado los guanteletes después de dar la forma básica a la pieza del dorso de la mano.
Después de esto, estamos en condiciones de preparar los patrones de las piezas de las muñecas, y de la miriada de piececillas de los dedos.
Aunque tengo un patrón, y todas las piezas cortadas, de momento no voy a publicar los patrones.
- ¡Pero qué mala persona, oiga! ¿No pretenderá cobrar por ellos, o algo así?
¡No, no! ¡Nada de eso! Es que voy a tener que modificar bastante varias piezas, así que esperaré hasta tener un patrón más elaborado y ajustado a la realidad.
Así que hoy, lo que vamos a explicar, es cómo marcar los nudillos en la pieza del dorso.
Lo primero es, con uno de los guantes que vayas a usar como base, puesto en la mano de la persona que vaya a usar los guanteletes, marcar los puntos donde están los huecos entre los dedos, y trazar las líneas que vas a hundir hasta medio dorso.
Lo segundo, hacer lo mismo en el otro guantelete, asegurándote de que queda simétrico respecto al primer guantelete.
He dicho asegurándote de que queda simétrico respecto al primer guantelete, so alampao. Borra inmediatamente esa chapuza, y vuelve a hacerlo, esta vez con cuidado y tomando medidas.
Lo siguiente es hacerte con un amigo dispuesto a sacrificar un rato en ayudarte con tus tonterías.
Por último, te hace falta un cincel redondeado y sin filo (eso es un cincel nuevo después de dos minutos intimando con la señorita amoladora de banco) y un trozo de madera en el que hayas tallado algo parecido a unos nudillos.
Esto último yo lo apañé con una pata de mesa abandonada. Primero cortas un triángulo en el centro con una sierra, y luego redondeas y suavizas bien el resultado con lija gorda (yo usé un grano 40 y luego un 80, todo ello con el taladro)
Y, por fin, llega el momento del martillo. Empezando desde el dorso, y avanzando hacia el borde, vas marcando la línea con el cincel y con golpes suaves. Uno mantiene sujeto el cincel en posición y va golpeando, mientras el otro desplaza suavemente la pieza sobre la estaca de nudillos.
Muy bien, ya has arañado las marcas del rotulador. Ahora otra vez, un poco más fuerte.
Hay que intentar que la línea quede recta, e ir marcando cada vez más profundamente según se avanza hacia el borde. Es importante que no queden "arrugas" ni cambios bruscos de profundidad en el fondo del surco.
Al final, le acabas metiendo con cierta fuerza (yo usé una maceta de un kilo) y eso entraña peligros.
La persona que sujeta la chapa tiende a no ver demasiado bien lo que está haciendo, y, por tanto, a girar su cabeza buscando un buen ángulo de visión. Eso puede ocasionar un encuentro fortuito de sus dientes con un martillo ascendente, y eso no está bien. Sobre todo, porque es difícil que vuelva a estar dispuesto a ayudarte, y el tipo de gente que se presta a estas cosas no es muy abundante.
Por otra parte, el que martillea tiende a mirar la punta del cincel para ver por dónde va la línea. Para hacer eso, uno tiene que estar muy seguro de su habilidad con el martillo. Si no, escuchará el temible "CHUISSSSSS..."
- ¿El temible "CHUISSSSSS..."? ¿Y eso qué demonios es?
¡Ah, el temible "CHUISSSSS..."! Es el sonido que hace el borde de una maza metálica de un kilo al resbalar por el lateral metálico de un cincel, camino del pulgar de la mano que sostiene dicho cincel. Es un sonido muy bien cronometrado, porque te da tiempo a oírlo, y a darte cuenta fríamente de que eso va a doler, pero no el tiempo suficiente para desviar el golpe.
Tras repetir el proceso para cada hueco entre los dedos, tienes algo parecido a lo de la foto.
Ahí también se ve un primer amago de piezas de la muñeca, pero aún hay mucho curro pendiente. Quiero cortarles un trozo para que cierren un poco más por abajo (sobra demasiado) y tengo que hacerles un borde vuelto.
La verdad es que no tengo demasiada idea de cómo me las voy a apañar para planificar eso. Tengo por aquí la rótula de un espejo de camión que a lo mejor me sirve de tas, pero no veo yo esto demasiado claro.
Muy bien, ya tenemos marcados los nudillos en las piezas dorsales, tenemos unas piezas para proteger la muñeca de las que aún no quiero hablar, y tenemos piezas para los dedos de cuyo tamaño no estoy seguro. ¿Qué más se podría contar en esta entrada?
Podríamos hablar de cómo curvar las chapas que van a proteger las falanges. Porque esas chapas van a llevar una curvatura que siga la superficie del dedo, y eso no es fácil de hacer.
- ¿Se refiere a curvarlas siguiendo una curvatura cilíndrica? ¡Pero si eso lo ha hecho usted en todos los cascos! ¡No será tán difícil, sólo tiene que darle forma sobre un cilindro más pequeño!
Sobre el papel, esa solución puede valer. Pero claro, si sujetas una pieza de un par de centímetros de ancho con los dedos, y te lías a golpearla con un martillo... ¿tengo que explicar lo que pasa?
Es mucho más práctico fabricarte una herramienta que te permita mantener los deditos alejados de los golpes. Yo aproveché uno de los extremos de una de mis estacas de tubo: lo abrí a base de radial, de forma que las piezas de las falanges encajaran dentro. Después, pones encima un trozo de acero redondo, y te dedicas a darle martillazos al trozo de acero hasta que la chapa aprenda quién manda aquí adquiera la forma deseada.
¿Cómo que no os habéis enterado? ¡Aaaay, qué juventud, si es que todo hay que explicarlo! A ver si con un vídeo os queda más clarito. Aquí tenéis a Arant, que, ya que vino a ayudarme, fue explotado tanto como me fue posible para que hiciera el trabajo cansado. Creo que yo hice cuatro piezas, así que él se curró las restantes 24. Tengaustéamigospaesto.
Y hasta aquí hemos llegado por hoy. No quiero seguir, porque aún hay mucho trabajo por hacer para que los guanteletes sean medianamente estéticos, y eso es importante.
- Hombre, lo importante es que sean funcionales, ¿no?
A eso, sólo puedo responder con este magnífico vídeo (¡quién iba a decir que el humor francés era tan bueno!)