Mobiliario: ¡Cualquiera puede hacer unos bancos desmontables!
Se van acercando las fechas de Ciutadilla, y ya estamos otra vez liados con la preparación de trastos para el evento.
Y como eso de la chapa, la malla, o el cuero está ya muy visto, es el momento de adentrarse en algo novedoso: ¡vamos a hacer el primer trabajo en madera!
Y es que este año nuestros amigos de la OAN van a montar un campamento histórico; y aunque al parecer van a poder hacernos un huequito en sus mesas, lo que ya no tienen para todo el mundo son asientos.
¿Y eso va a amilanar a un artesano tan inconsciente de sus limitaciones polifacético como yo? ¡Por supuesto que no! ¡Manos a la obra!
Lo primero de todo es documentarse y decidir qué diseño vamos a seguir. Y ojo, que hay una limitación importante: los asientos van a tener que viajar en el reducido espacio de un coche, así que tienen que ser desmontables o plegables.
Como no tengo ni la más remota idea sobre mobiliario medieval, lancé la pregunta en varios foros; donde me pasaron un montón de información interesante. Claro que parte de la información es que puede considerarse cuando menos muy dudoso que un ejército se desplazara con este tipo de mobiliario. Pero qué queréis que os diga: cuando llevas unas calzas de fino lino con tendencia a dejar un hueco entre ellas y el calzón, como que no te apetece mucho sentarte en un suelo lleno de piedras, cardos, barro, bichos... Si es que no se nos puede sacar de casa, con estos delicados culitos del siglo XXI...
Una de las primeras referencias útiles la encontré en este hilo del foro de ACHA (gracias Jose) pero había algo que no me terminaba de gustar: las patas sobresalen por encima de la superficie del banco, con lo que se desperdicia parte de la superficie. Y eso es un contra, teniendo en cuenta el escaso espacio disponible para transporte.
Donde al final me pasaron la información que fusilé que me inspiró, fue en este hilo del foro del Clan del Cuervo (gracias, Yeyo) Os recomiendo que os deis una vuelta por los enlaces que fueron poniendo, que hay algunos de lo más curiosos.
A mi me parecieron especialmente interesantes éste y éste. De hecho, gran parte de esta explicación va a estar sacada directamente de esos artículos (que son difíciles de mejorar)
El tamaño de los bancos va a estar limitado por las medidas estándar de los tablones de madera, y por el ancho de los maleteros. (Y ojo con lo de las medidas estándar, que lo suyo es planificar con cuidado los cortes para no desperdiciar demasiada madera)
Nosotros decidimos hacerlos de aproximadamente 120cm de largo por 30 de ancho. Como no tenia demasiada ninguna confianza en mis escasas limitadas inexistentes habilidades como carpintero, y además soy un rácano de cuidado, no quise gastarme la pasta en una madera decente, así que compré vulgar pino de 3cm de espesor.
Lástima no darme cuenta de que no era madera maciza hasta que salí de la tienda. En realidad, está fabricada de montones de listoncillos pegados entre sí; pero en fin, habrá que aprovecharla. Ojito con este tipo de madera: hay que cortarla de forma que la fuerza la haga en dirección de la veta, si lo hace en perpendicular, se rompe con facilidad.
¿Y cómo es un banco desmontable? Pues hará falta una superficie en la que sentarse, unas patas que encajen en esa superficie, y algún tipo de tensor entre las patas que evite que todo el invento se descuadre y se caiga. Básicamente, algo del tipo de lo que utilizan los amigos del Clan del Cuervo (aunque tenga pinta de un anuncio de Ikea, es una foto sacada de su web):
Claro que este diseño tiene un par de problemas.
A la que seas un poquito manazas y dejes más holgura de la cuenta, cualquier movimiento lateral puede inclinar todas las patas hacia un mismo lado... y el peso de los que estén sentados en el banco se encargará de forzarlas más, posiblemente partiéndolas y acabando con una dolorosa y humillante costalada del personal. Y no me importa lo graciosa que te pueda parecer la idea, no tengo intención de probarlo.
Por otra parte, cualquier tirón de la pieza de la superficie la sacará fácilmente de las patas; otra cosa que habría que evitar.
¿Y cómo solucionamos todo esto? Pues es fácil: encajando las patas en ángulo, para que no pueda vencerse hacia un lado, y para que agarren un poco a la superficie.
El banco va a tener cinco piezas:
- La superficie, en la que irán tus posaderas. Tendrá unos agujeros en los que encajarán las patas-
- Dos patas, una a cada lado del banco. Tendrán unos salientes que encajen en la superficie.
- Un nervio, puesto de perfil, debajo de la superficie. Esta pieza sirve para evitar que la superficie se combe y se parta si un gordopilo con una pesadísima cota de malla se sienta en el centro del banco. Se sujetará en ranuras practicadas en las patas.
- Un tensor a media altura de las patas. Sirve para sujetar las patas en el ángulo correcto, y dar solidez a todo el conjunto; además de servir de superficie auxiliar en la que dejar un yelmo o una espada lejos del húmedo suelo.
Tanto el nervio como el tensor se fijan con cuñas de madera colocadas en huecos calados a tal efecto, de forma que nada se mueva de su sitio.
Vamos, que nos va a quedar algo así como esto:
El ángulo correcto de las patas debería ser de 10 ó 12 grados con la vertical (osea, entre 80 y 78 grados con la horizontal) Vas a tener que tomar este ángulo unas cuantas veces, así que no es mala idea que te hagas una plantilla.
(No, no tengo ni idea de qué hacía ese horrible transportador de ángulos escolar por mi casa)
Si te fijas en el gráfico de cómo va a quedar el banco, verás que muchos de los cortes tienen que hacerse siguiendo ese ángulo, ya que cortar en ángulo recto resultaría en algo que no encajaría jamás.
Afortunadamente, esto es algo bastante habitual cuando hay que cortar madera, y los fabricantes de sierras de calar lo saben. Lo más probable, es que el patín de tu sierra de calar sea ajustable, y que lo puedas fijar en el mismo ángulo de la plantilla sin mayor problema.
¿Por dónde cortar las piezas, y con qué forma? Aquí tienes los patrones que utilicé yo (corregidos después de una primera versión en la que me colgaban las piernas)
La pieza de la izquierda es una de las patas. El resto, empezando por arriba, son la superficie, el nervio, y el tensor.
Explicación de las medidas:
- Están todas en centímetros.
- Las que tienen un asterisco, serían distintas si las midieras por el otro lado de la tabla, debido al ángulo de las patas. Ojo: aunque las medidas de las patas sean iguales por ambos lados, en realidad todos los cortes transversales son en ángulo.
- Medidas variables:
- a: ancho de la madera que empleas (yo he usado 3cm de ancho). Pero tampoco hiles muy fino con este corte, que siempre te hará falta un pelín de holgura para que las piezas entren en las ranuras.
- b: ancho de la madera, entrando en ángulo en la ranura, que siempre necesita un hueco un poco más ancho que si entrara en perpendicular. Sí, para ser exactos, eso es a dividido por el coseno del ángulo que forman las patas con la vertical. Pero si de verdad eres capaz de cortar con precisión ese medio milímetro de más ¿para qué demonios necesitas leer esto? Resumiendo, que b es lo mismo que a, pero con un pelín más de holgura.
- c: en teoría es lo mismo que b, pero es mejor que lo dejes un poco más largo, y que una vez montado el banco marques, cortes y lijes para que estos salientes de las patas queden bien a ras de la superficie del banco.
- d: toma esta medida de huecos para las cuñas sólo cuando tengas el banco montado, tensor incluido.
- e: es muy importante que esta medida la tomes con las patas montadas en la superficie. No importa que hayas hecho otro banco antes y que estés usando las mismas medidas: las diferencias en el corte hacen que cada banco tenga un ángulo ligeramente distinto; y si esta medida no está bien tomada, el banco bailará hacia los lados. (Puedes creerme, lo sé).
Pones la superficie boca abajo, encajas las patas, y las separas entre sí tanto como sea posible. Es en esa posición en la que tienes que tomar la medida. ¿Cómo que no tienes suficientes manos para medir mientras separas las patas? ¡Improvisa, hombre, improvisa!
Y te preguntarás ¿por qué las patas son un pelo más estrechas que la superficie? Lo suyo sería que fueran iguales, pero cuando uno no es muy ducho en esto de la carpintería, mejor no jugársela.
Y ya sólo queda liarse la manta a la cabeza, y ponerse manos a la obra. Y recuerda: se mide dos veces, para así tener cortar sólo una. ¿Cuándo me aplicaré yo ese cuento?
Evidentemente, para poder meter la hoja de la sierra en los huecos calados de algunas piezas, te hará falta usar un taladro. ¡Ojo! Piensa que, si el agujero hay que cortarlo en ángulo, hay que tener en cuenta por dónde va a salir la broca por el otro lado, no te vayas a cargar la pieza.
Podría decir que el proceso de corte genera ingentes cantidades de serrín. ¡Pero es que esa descripción se queda taaaaaan corta!
Se genera serrín a porrillo. A toneladas. A patadas. A mares. En cantidad suficiente para asfixiarte con él, para enterrarte, para aplastarte, para cubrir el suelo de media docena de tascas durante un mes, para esconder toda tu zona de trabajo con un dedo de polvo de madera.
He tenido que barrer hasta las paredes. Avisados estáis.
¿Y no te pensarás que todo acaba con el corte, verdad? Tendrás que lijar todas las partes cortadas para igualarlas, lijar la superficie para eliminar las marcas de lápiz, redondear los bordes del asiento... Para todo esto, te será imprescindible una buena lima de madera que te ayude a igualar las ranuras...
...y por supuesto que una lijadora de bandas, y/o unos discos de lija para el taladro, serán de gran ayuda. Aunque claro, puestos a buscar ayuda, nada como enredar a un tipo serio como Arant en el asunto del lijado:
Ya no queda más que cortar unas cuñas que sujeten las piezas del banco. Hacerlo en el mismo ángulo que forman las patas resulta en una solución bastante elegante; y no está de más darles un lijado para rebajar las aristas.
Y con esto y un bizcocho...
- ¡Espera! Oye, que esto es madera baratucha de pino; y no sólo es fea de narices, sino que además se va a rajar miserablemente en cuanto le llueva o le pegue un poco de sol. ¿No habría que darle con algún tipo de protector, y preferiblemente uno que mejore su aspecto?
- Venga, vaaaaa...
- Oye, Axil... ¿cómo le has dado ese aspecto envejecido a algo recién fabricado?
- Fácil. Después de dar la primera capa de protector, lijé con un disco ciertas zonas de la madera, de forma bastante irregular. Y después de la segunda capa, pasé a mano un papel de lija muy fino para eliminar los brillos.
- ¡Qué buena idea! ¿Y cómo se te ocurrió? ¿No decías que no tenías ni idea de trabajar madera?
- Pues por eso precisamente. Los chorretones del protector que resbalaban al otro lado de la madera dejaban unas marcas imposibles de eliminar sin aplicar una lijadora; y la lijadora arramplaba con una buena capa del protector y volvía todo el acabado irregular. Más tarde me acordé de que había visto esta técnica en un bricomanía, pero ¿no sabías que la mayoría de los descubrimientos del hombre se deben a sus propios errores?
- Oye, Axil, otra pregunta ¿cómo lograste ese acabado tan rústico en el borde del asiento?
- Pues por el mismo método: no tener ni puñetera idea de lo que estaba haciendo. Intenté darle un acabado redondeado en el que no se clavaran los muslos; y para ello empleé la lijadora de bandas. Pero, acostumbrado a emplearla sobre metal, no me di cuenta de hasta qué punto mordería sobre el pino; ni de lo extremadamente irregular que quedaría el biselado. Y oye, lo cierto es que me gustó, así que seguí haciéndolo a propósito.
- Vale, pues lo cierto es que no te ha quedado del todo mal. Pero una cosita ¿cuántos vais a Ciutadilla? Porque en ese banco, cabréis dos o tres personas a lo sumo ¿no?
- Créeme si te digo que soy perfectamente consciente de ello, y estoy trabajando en solucionarlo.
- Otra cosa, Axil...
- ¿Sí, pesao?
- Es que yo no termino de coscarme de cómo va todo esto del banco, ni tengo sitio, ni herramientas. Y en el título ponía que cualquiera podía hacerse un banco medieval ¿no?
- Vale, de acuerdo. En estos tiempos en los que los periódicos regalan películas, los supermercados regalan una tercera caja de galletas, y los bancos te regalan un mp3 en lugar de darte un tipo de interés digno... ¡El Blindado Personal te regala un auténtico recortable!
Venga, va... a lo mejor no es la cosa más precisa del mundo. Puede que, más que una miniatura a escala, sea una miniatura a muchas y divergentes escalas. ¡Pero, de una forma un tanto retorcida, hasta resulta, oiga usté!