Los guantes de malla (3): Tinted glove, I ketchup!
¿Acaso ese título tan raro significa que se me ha ido definitivamente la pinza?
Pues es muy posible, para qué nos vamos a engañar.
Pero todo tiene su razón de ser. Porque, para empezar, ya he acabado con las anillas de los guantes de malla.
Y digo que he acabado porque no me siento con energías para mejorarlos, y eso que el mismísimo maestro me dio un par de ideas tentadoras y se ofreció a echarme un cable con ellas.
El caso es que, con los guantes de soldador que voy a usar como base, andaba yo indeciso.
¿Los tiño, o los dejo rojos; los tiño, o los dejo rojos...?
Va, venga, los tiño; que todo el mundo sabe que estos guantes rojos son de soldador y dan un poco el cante. Vamos a la tienda.
Mal:
- Deme un tinte marrón oscuro para cuero.
- Toma, este Tarrago es estupendo, y viene ya con el preparador para acondicionar antes el cuero, un pincelito, una esponja...
- Uhmmm... ¿me dará con un bote para un par de guantes grandes de piel vuelta?
- Si, de sobra, no te preocupes.
- Vale, me lo llevo.
Bien:
- Hola, dame tres botes de Tarrago marrón oscuro, del número 6 en concreto.
- ¿Con preparador?
- Ni de coña, ya he comprado un bote grande de alcohol en la tienda de pinturas.
- Mira que viene con un pincelito, esponja...
- Ya me lo compraré todo en el "todo a cien", gracias.
Así que empiezas frotando los guantes con un estropajo y el "preparador"
Una vez se te acabe el "preparador", puedes dejarte de tonterías y usar alcohol industrial comprado a granel, que hace exactamente lo mismo. Por no decir que es exactamente lo mismo, sólo que mucho más barato.
El efecto teórico del preparador es limpiar bien el cuero para que luego el tinte penetre mejor.
El efecto real del preparador es disolver toda la suciedad de tu mesa de trabajo, haciendo que se pegue al guante, y engorrinando por completo un cuero que, antes, estaba limpio. Así que pon unos folios limpios debajo y te ahorrarás disgustos.
El teñido es sencillo. Empiezas tiñendo bien las costuras, con generosidad y con un pincel. ¡Ah! Y con unos guantes de látex, que esto del tinte es muy cochino.
Una vez tienes las costuras, con una esponja vas aplicando el tinte por toda la superficie.
Dejas secar el invento toda la noche, y después le das otra capita de tinte con la esponja.
Después de dejarlo secar de nuevo, podrás comprobar que el cuero está... ¿cuál es la palabra adecuada? ¿rígido? ¿fósil? ¿petrificado?
Que no cunda el pánico. Una generosa aplicación de grasa de caballo les devolverá esa tersura y flexibilidad que tanto nos gusta. Y, con "generosa", quiero decir "generosa".
Si, ya sé que me ha quedado una entrada escasita, un poco sosa, y de ínfima entidad. Pero qué le vamos a hacer, uno está ocupado y no tiene tiempo para mucho más.
Mirad el lado bueno: ahora se abren interesantes incógnitas. Como, por ejemplo ¿aguantará el tinte el roce con la malla? ¿Aparecerán puntitos rojos y brillantes cuando taladre el cuero con la lezna? ¿Acabará algún dia de subir a Youtube el maldito vídeo que estoy intentando colgar en esta entrada?
La respuesta a estas preguntas y a muchas más, en próximos episodios.