sábado, enero 27, 2007

El segundo spangenhelm (2): La batalla del triangulito

Empezaremos por explicar el método empleado para diseñar los paneles triangulares de este nuevo spangenhelm. ¿Cómo dices? ¿Que eso ya lo había explicado antes? Bueno, digamos que había un par de errorcillos de concepto.

Efectivamente, empiezas por tomar las medidas de cada uno de los tres lados del panel. Asegurándote de que la cinta métrica va bien pegada al metal del marco, eso si.

¡Ojo! en este tipo de yelmo, los paneles delanteros van a ser algo distintos a los traseros (no como en el otro)

Primero trazas la base, eso no es problema. Desde los vértices de la base, con un compás, localizas más o menos, el punto donde irá el vértice superior, empleando la longitud de cada uno de los otros lados como radio.

¿Por qué digo más o menos? Pues porque la longitud que has tomado no se corresponde a una recta (que es lo que te da el compás) sino a una curva. Digamos que el punto obtenido va a estar inmediatamente por encima del vértice real.

Para dibujar los lados, y hacerlo de la medida correcta, yo utilicé una regla flexible que rescaté de mi antiguo material de dibujo técnico (¡cuantas manchas de tinta china habrá esparcido esa regla por mis láminas!)

Lo bonito de emplear algo así, es que puedes controlar bastante bien el ángulo de los vértices, que en los tres casos tiene que ser recto. ¿Cómo? ¿que los lados de un triángulo tienen que sumar 180º? Eso es en geometría Euclídea, ahora estamos hablando de geometría elíptica (¡toma ya, lo que sé decir!)


¿Habéis visto qué método tan científico para diseñar unos paneles extremadamente exactos para el spangenhelm?

Vale, pues ahora os explicaré por qué NO funciona.


Tesis: los paneles creados por este método quedan demasiado pequeños.

Demostración: los cuatro ceniceros de diseño (triangulares y de hierro) que le van a caer por su próximo cumpleaños al amigo fumador más cercano.


No había tenido en cuenta los efectos de la deformación que sufre la pieza cuando te lías a martillazos con ella. Cuando estás abombando los paneles, todo ese metal que se desplaza sale de alguna parte. Y si, esa parte es el perímetro.

¿Cuántas veces voy a tener que escribir que es mejor dejar metal de sobra y limarlo después? ¡Si es que parece que no me hago caso!

¿Significa eso que tenemos que tirar todo el método a la basura? No necesariamente. Tan sólo tenemos que modificar ligeramente el patrón, prolongando los lados hacia abajo un centímetro o dos.

Eso nos dará suficiente juego para poder ajustar todo el panel: si queda demasiado estrecho, se coloca un poco más arriba, y listo. Puede que sea necesario cortar la punta, pero eso es recomendable en cualquier caso: tu no quieres dejar esas puntas afiladas justo encima de tu cabeza, en la parte de dentro de algo que va a recibir golpes.

¡Ah! tampoco está de más dar algo de curva (convexa) al borde inferior; aunque no es estrictamente necesario, ayuda a que no quede demasiado picudo.

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