jueves, diciembre 07, 2006

El spangenhelm (8): El interior de cuero

Una vez completada la chapa, llega el momento de hacerle al yelmo un interior de cuero que lo haga un poco cómodo, e incluso algo ajustable a diferentes tamaños de cabeza.

Para aquellos que tengáis una cabeza lo suficientemente pequeña para caber ahí dentro, claro. Yo... digamos que no hay mucha posibilidad de hacer ajustes.

De acuerdo, manos a la obra

Mirad qué chulo me ha quedado el interior de cuero, ¡y a la primera!

He comprado un cuero estupendo, unas tiras realmente gordas (casi 4mm de espesor) que seguro que aguantan hasta un bazocazo. También he comprado unos remaches de doble cabeza que son la bomba, eso sí, para colocarlos hay que tener cuidado. Martillazos extremadamente suaves, sobre una superficie bien lisa, que si no, o se tuerce, o revienta el remache. Por cierto, no os creais que son fáciles de localizar.

Como el yelmo me ha quedado algo escasito de perímetro, y poniéndolo doble seguro que no me vale ni con el almófar solo, casi que me monto un invento a base de remaches, ver si así consigo que me entre...

Ufs, la verdad es que esto me ha quedado un tanto endeble, no sé por qué, pero me recuerda a un pato salido de una lavadora. Aunque nunca he visto un pato salido de una lavadora, la verdad.

Por cierto, y como aviso a navegantes. El sacabocados de todo a 100 que veis en la foto se me quedó hecho un churro en la mano en el agujero número doce. Completamente aplastado, y es que lo barato sale caro cuando se habla de herramientas. Me fui a una ferretería seria y me compré uno de la famosa marca Nipex (si los de la cizallita de hacer la loriga) y la diferencia es abismal.

En fin, lo importante es que el cuero sujete y que me valga el yelm... oooops! la zona donde el cuero está doble sobresale, y todo queda un poco chuchurrío. Me parece a mi que esto no ha sido buena idea... No, definitivamente esto no encaja, y además tiene un aspecto lamentable.


Después de una primera prueba algo fallida, he dado con ello

Vale, dejémonos de zarandajas. Lo ponemos doble, tal como explican en la web de Arador, y sanseacabó. Como además las tiras verticales me habían quedado algo largas, incluso puedo aprovechar el cuero.

La idea es colocar tiras verticales que se atarán arriba para sujetar el yelmo, como si fuera un casco de obra. Colocas un par de tiras hacia a abajo para poder atarte el casco bajo la barbilla, y cubres todo el borde con una tira adicional para darle cierta uniformidad.

Lo cierto es que el invento ha quedado bastante bien, parece capaz de resistir la caida de una caja fuerte sin inmutarse. Y es que este cuero de cuatro milímetros es una pasada. En fin, ya sólo queda sustituir los tornillos por remaches, y habré terminado el casco.

Y allí que va el armero novato hacia su garaje con todo lo necesario para remachar el cuero del casco.

Y allí que va otra vez el armero novato, esta vez con todo lo necesario para remachar el cuero del casco (si, ¿qué pasa? Ya lo sé, siempre me ocurre lo mismo)

Así que quitas el tornillo, pasas el remache, uhm, no sé yo si esto me ha quedado algo corto, a ver si así... no. Y así... tampoco. ¿Y si aplasto un poco el cuero por aquí...? nepa. No hay forma. No llega. ¡Me he pasado de grueso! ¡Los remaches no son lo bastante largos! ¡Aggghhh!


Bueno, a la tercera va la vencida

Con lo chungo que es encontrar remaches más largos, casi que mejor busco cuero más fino. Venga me pasaré por una curtiduría y compraré unos cuantos retales, así además puedo hacer un diseño más sofisticado de las tiras de atarlo bajo la barbilla.

(¡Jo, qué caros son los retales de cuero, pardiez! Para ser recortes sueltos, los venden a precio de chaqueta de diseño)

Bueno, pues se corta el cuero conforme al diseño elegido, y se monta. Este es mucho más fino, así que no hay problemas en cuanto a que lleguen los remaches... de hecho, ahora que me fijo, es tan fino que... si, efectivamente, esto se rompería en cuanto el yelmo se llevara un golpe, me parece a mi que me he pasado de fino. Menos mal que he comprado varios retales y alguno es más gordo, que si no...


¡He conseguido hacer el interior de cuero, y sólo al cuarto intento!

Pues si, se sustituyen las tiras del interior por cuero un poco más sólido, y se remacha el conjunto.

A la hora de remachar cuero, hay que tomar ciertas precauciones y colocar una arandelita, porque si no el remache se cargará el cuero. De hecho, incluso con arandela hay que tener cierto ojo, porque la fuerza con que se aplasta el remache puede ser suficiente para que la arandela acabe cortando el cuero, sobre todo si la pieza del perímetro, como es el caso, es muy fina (es que no había retales de un color discreto lo bastante largos, qué le vamos a hacer. El verde manzana o el rosa salmón no me parecía opciones serias)

Como esta pieza queda algo endeble, además de remacharla la pegué con cola a las tiras verticales (para el próximo casco, aprenderé a coser)

El mecanismo para atarlo lo vi en ésta página y me encantó desde el primer momento. Resulta elegante a la par que funcional.

Si en la foto se ve el casco un tanto empañado, es porque acababa de engrasarlo para evitar que se oxide. Es curioso lo del hierro, te das media vuelta un segundo, y empieza a oxidarse como si lo hubieras bañado en agua salada.

El caso es que, efectivamente ¡Si! ¡¡SI!! ¡¡He terminado mi primer spangenhelm!!

Gracias al truco de las tiras de cuero, es factible regular la altura a la que queda el yelmo una vez puesto. Aquí en la foto de al lado tenéis a mi modelo favorita luciendo el yelmo y poniendo su mejor sonrisa.

A lo mejor se ríe porque, aunque la altura sea la correcta, el yelmo le viene extragrande y se balancea como una campana, tolón, tolón.

El caso es que, al final, incluso a mi me viene un pelín grande... siempre y cuando no lleve nada debajo claro. Sin embargo, mis temores se confirman al 100%: es absolutamente imposible que yo me ponga ese yelmo con una cofia de armas y un almófar.

Sin embargo ¡oh, sorpresa! ¡Si que me vale con sólo el almófar! Así que, para despedir esta serie de entradas sobre este primer yelmo ¡contempladlo puesto con el almófar y en todo su esplendor!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece absolutamente bestial!!!

Anónimo dijo...

Halaaaaa, comoo mooola!!!!!

Eso si, no se yo si esta homologado para la Vespa.

Anónimo dijo...

Enhorabuena Axil! Sin duda, te lo has currado a tope! :-)

No estará homologado para la Vespa, pero si mientras circulas lo acompañas de una lanza de las que se usan en los torneos de justas, seguro que no hay guardia que te pare!!!

Axil dijo...

:-DD Ya me estoy imaginando la escena:

- Si, señor agente, por supuesto que está homologado, lo que pasa es que se habrá ido el sello al pulirlo. Si hasta tengo el certificado, pero es que me lo he dejado en el bolsillo de la otra cota...

- ¿Espada? ¿Qué espada? ¿A qué espad...? ¡Ah! ¡Esto! No, esto es una herramienta para quitar la carbonilla de la bujía, que no vea como se pone...

- Pues va a tener razón, agente; los guanteletes me salieron algo gordos, y así no va a conseguir cerrar las esposas.

- ¡No, con la porra en las costillas no, que luego tengo que quitar el abollón de la brigantina!

Anónimo dijo...

ACABO DE FLIPAR, NO SABIA QUE HABIA FRIKIS CAPACES DE FABRICARSE......ARMADURAS!!!!!!!!!
ERES LA HOSTIA, DE VERDAD, MUY GRANDE!!!!se lo voy a enseñar a la novia pa que no me riña mas por mis inventos.
de verdad, muyy grandeeee,adelante con lo que falta, que de ganas e imaginacion vas sobrao